Ya hemos contado lo que pasó tras la humillante eliminación de River en la Libertadores 2008, la noche del silencio atroz. Algunas personas vinculadas a importantes medios de comunicación trazaron un plan: imponer un River que se parezca todo lo posible a Boca.
Ya hemos contado también los por qué de dicho plan: muy probablemente 50% de envidia reprimida durante años al ver a un Boca que siempre contó con un respaldo popular sin igual y otro 50% para tratar de mantener en pie a River. Agotado el modelo riverplatense por excelencia, el del paladar negro, el semillero y los éxitos deportivos locales, sólo bastaba con repetir en forma sistemática la mentira de un River en óptimas condiciones para emparejar un escenario abismalmente diferente en comparación con Boca. No nos olvidemos que en aquel momento de la historia, fines de 2008, Boca venía de diez años arrasadores con paternidad incluida mientras que River acababa de salir último en la tabla y ya empezaba a preocuparse del promedio. Y la parte institucional y económica no ofrecían un buen panorama. Se venían momentos decisivos y el hincha de River nunca se se había caracterizado por el apoyo incondicional. Era necesario construir otra realidad. Un River 10 puntos.
Ya concientes del “qué” y el “por qué”, lo que vamos a contar ahora es el “cuándo” y el “cómo”. Éste último, sin dudas, la parte más desopilante y la que garpa todo (?). Porque el caradurismo rozó niveles de ciencia ficción. Pero juramos por la patada de Roberto, que todo lo que viene a continuación salió publicado en Olé, punta de lanza en esta cruzada por sacar a River del fondo del mar y hacerlo que flote lo más cerca posible de Boca. Vamos a empezar, como corresponde, por el principio: 23 de diciembre de 2008 a la noche.
Pese a los esfuerzos (?) de Javi García, Boca se coronó campeón del Apertura 08. El mundo River cantó bingo y vio empeorar su escenario: una cosa era salir último en la tabla de posiciones con Tigre campeón y Boca perdiendo la final. Pero salir último con Boca campeón, era muy diferente. Para colmo se venían los días de las fiestas de fin de año, días periodísticamente muertos, donde la noticia iba a ser repetida hasta el hartazgo. Con todo lo que eso implica. Hasta el comienzo de las copas de verano, se venían como mínimo unos 15 o 20 días pintados de azul y oro por todos lados. Pero no, Olé puso manos a la obra inmediatamente y arrancó su misión el mismo 24 de diciembre, apenas un día después de la coronación boquense en cancha de Racing.
Amigo passucci, tome asiento, póngase cómodo y trate de contener la risa. Ahí vamos.
Olé, 24 de diciembre de 2008. El plan para imponer un River parecido a Boca necesitaba de movida un pequeño detalle: ídolos. Boca los tenía y de gran valía. River no y había que inventarlos. Recordemos que ya estaba Abreu en el plantel millonario, presentado en su momento por Olé como el Palermo de River, pero que tras la noche del silencio atroz, tuvo un duro enfrentamiento con los hinchas riverplatenses. Había que buscar urgente otro ídolo y Fabbiani vino como anillo al dedo: era jugador de Ñuls, tenía un pie en Vélez pero cómo se declaró hincha de River, se convirtió en una gran oportunidad. El caso Fabbiani es un claro ejemplo de cómo se puede inventar un ídolo en 25 días y sin necesidad de que siquiera juegue un partido. Pobre Amadeo Carrizo que se tuvo que pelar el lomo durante décadas defendiendo esos colores. Buenísima la frase "un goleador con picardía".
Olé, 26 de diciembre de 2008. El operativo estaba en pañales pero no por eso había tiempo para perder. En exclusiva, Fabbiani cuenta sin pelos en la lengua que su sueño era ponerse la camiseta de River y ganar un superclásico. Ah, el Mumo Peralta le contó que River era la Casa Blanca. Por las dudas cuenta con lujo de detalles que fue a la cancha a ver River-Olimpo.
Olé, 27 de diciembre de 2008. Gorosito en persona se comunicó con Fabbiani para decirle que lo quería en River. Como la nota quedaba media pobretona, el párrafo final repite por enésima vez que el Ogro comía en los quinchos del club, se quedaba a ver los partidos, que era fana desde chiquito y sus ídolos eran Francescoli y el equipo de Ayala, Burgos y Ortega. Si algo quedaba claro, era que Fabbiani era hincha de River. Bien.
Olé, 29 de diciembre de 2008. Majestuosa la foto y majestuoso el copete: "hincha hasta los huesos, les pidió perdón a los hinchas de River después de hacerles un gol. De corazón...". No estaba de más insistir con que Fabbiani era hincha de River. Parece que el punto era tocar el corazón del hincha millonario.
Olé, 30 de diciembre de 2008. Un día de descanso para Fabbiani. Pero nada de bajar la guardia, más bien todo lo contrario. Así que Olé se agarró de una tabla histórica confeccionada por la Conmebol en donde contando todas las Libertadores, River era el equipo que más puntos sumaba. Si la jugaba todos los años, está bien que sea el equipo que más puntos tenía. Pero de ahí a presentar esto con bombos y platillos y como un logro para el hincha de River, parece poco serio. Evidentemente había que terminar el 2008 con una sonrisa y ganando algo. Los hinchas de River empezaban a mostrarse proclives a comprar espejitos de colores. Hay que reonocer lo audaz de la propuesta de presentar a River como un equipo copero. La verdad, para sacarse el sombrero.
Pongámonos nuevamente en situación, porque tanto humo puede marear a algún despistado. Recién habían pasado 7 días de la vuelta olímpica boquense. Y encima Boca estaba abrochando la repatriación de Abbondanzieri en el arco y de Bianchi como manager. Pero las noticias se encargaban de emparejar las acciones. Y viendo que los hinchas de River estaban deseosos de seguir comprando ilusiones, Olé apretó el acelerador a fondo usando a Fabbiani como bandera. ¿Por qué? La desesperación de los propios hinchas de River en sentirse importantes, en comprar cualquier cosa que les levante el ánimo. En que alguien les repita todos los días que estaba todo bien. La campaña que buscaba devolver a River a los primeros planos e instalar algo de optimismo en su gente se profundizó al tiempo que el conflicto de Caranta servía para instalar un panorama sombrío en Boca. Arrancaba 2009, el año donde La Corpo de River iría a fondo con su plan de presentar un River que se parezca a Boca.
Olé, 2 de enero de 2009. Una gran tapa La llegada de Gorosito como director técnico de ninguna manera daba para descorchar, pero en busca del objetivo final y acompañado de un titular que marque el camino, la cosa podía tomar otro color. O por lo menos hacer que arranque con viento a favor. De ahí que no se titubeó en dar a entender sutilmente que Gorosito podía llegar a ser una especie de Carlos Bianchi. Muy audaz pero efectivo.
Olé, 3 de enero de 2009. Gorosito quería llevar un psicólogo a River a ver si la cosa mejoraba. Por las dudas, Olé fogoneó la idea viendo lo que había pasado en Boca.
Olé, 3 de enero de 2009. Si River era copero y Abreu era Palermo ya podemos esperar cualquier cosa. Como encima faltaba poblar la defensa, acá encajó de maravillas lo del colombiano Humberto Mendoza. Un central que jamás llegó a ponerse la camiseta de River pero que fue manijeado durante varios días como el nuevo Patrón de la defensa millonaria, en obvia comparación con nuestro querido Patrón Bermúdez. La nota no tiene desperdicio. Sobre todo la descripción del jugador: personalidad, juego aéreo, gol, fuerza, un central recio: "soy un tipo como Bermúdez".
Olé, 4 de enero de 2009. Dos notas tremendas en donde se confirmaba que River tenía un Patrón en la defensa. Estamos hablando obviamente de Humberto Mendoza. Se hablaba de los 14 tatuajes del colombiano y de su cara de malo. Por supuesto no faltó el detalle de ofertas descartadas en México y Rusia para cumplir el sueño (?) de jugar en River. El titular de la segunda nota es algo provocativo. Pero todo sea por levantar el ánimo en el campamento millonario.
Olé, 5 de enero de 2009. Lo de Fabbiani no estaba abrochado ni mucho menos, Pero un poco de presión no venía mal. El titular es casi una expresión de deseo.
Olé, 5 de enero de 2009. Momento bisagra. A esta altura Fabbiani no era jugador de River y la cosa pintaba para largo. Pero Gorosito pidió expresamente su incorporación, soltó la lengua y Olé se frotó las manos. Ya estaba en marcha entonces, de la noche a la mañana, la llegada del Barros Schelotto de River. Impresionante. Jugada maestra pero que mostraba la desesperación que había por inventarle rápidamente un ídolo a los hinchas millonarios,
Hagamos un break y repasemos: en apenas 13 días River pasó de ser último en el campeonato a equipo copero y a contar en su plantel con un Palermo, un Bianchi, un Guillermo y un Bermúdez. Glorioso. El próximo paso caía de maduro: tener a una hinchada tan fiel y popular como la de Boca. Todo bien pero demasiado vertiginoso. El "Diario de Yrigoyen" de River funcionaba casi a la perfección.
Olé, 7 de enero de 2009. Golpe bajo mencionar que Fabbiani necesitaba jugar en Buenos Aires para estar al lado de su hija. Innecesario. Se contemplaba hasta la posibilidad de que cuelgue los botines. La llegada del Barros Schelotto de River estaba trabada. Un bajón (?).
Olé, 30 de enero de 2009. La verdad es que todavía no se sabía si Fabbiani iba a terminar en River o Vélez. Por las dudas, foto con la hija a upa y la camiseta millonaria. La ansiedad crecía.
Olé, 2 de febrero de 2009. Tremenda bomba. Fabbiani, a esta altura ya ídolo de la hinchada millonaria, es jugador de Vélez. Increíble, después de tanto esfuerzo y espacio dedicado. Imaginamos horas de angustia en la redacción de Olé porque había que arrancar de cero en la movida de inventar un ídolo para River. Pero no todo estaba dicho.
Olé, 3 de febrero de 2009. Lo dramática de la situación exigía tapas. Y arrancan con una pidiendo casi de rodillas un salvador para River. No importaban las declaraciones de Fabbiani diciendo que “Vélez es tan grande como River”, algo había que hacer porque el comienzo del campeonato estaba a la vuelta de la esquina. Olé, 3 de febrero de 2009. Junto a la tapa de Shrek, sumaba y mucho una nota adentro reconfirmando que River iba nuevamente a la carga de Fabbiani. El cierre es brillante: “mi corazón está en River”.
Olé, 4 de febrero de 2009. Otra tapa vendiendo la ilusión de Fabbiani como uno de los refuerzos del Millonario. No había tiempo que perder. Su llegada a River parecía un poco más cerca.
Olé, 5 de febrero de 2009. Tercera tapa consecutiva con el placer del objetivo logrado. Fabbiani era jugador de River. De todas maneras, la bajada redoblaba una vez más la apuesta y lo presentaba descaradamente como uno de los referentes del plantel. Algo exagerado pero que lo posicionaba muy bien incluso dentro del plantel de River.
Olé, 6 de febrero de 2009. Primera nota de Fabbiani como jugador de River. Toda la artillería junta. Frases como “si firmaba para Vélez me hubiera traicionado” o “me quedaría a vivir en River” continúan el objetivo de armarle un ídolo urgente a los hinchas millonarios. Se hace hincapié en su carisma. Un Olé puro.
Olé, 7 de febrero de 2009. Fabbiani llega el predio de Ezeiza junto a su tío, y justo a la hora que servían unos chinchulines en el quincho. Posa junto a Gallardo en lo que Olé bautizó rápidamente como “La sociedad del gol”. La nota es pretenciosa. Ya se hablaba de la química que había nacido con Falcao. El Muñeco Gallardo le tira flor de centro: “las ganas y el compromiso que mostró Cristian por la camiseta fueron espectaculares”. Todo servía en pos del objetivo.
Olé, 10 de febrero de 2009. Llegaba la hora de la verdad: el debut de River en la Libertadores, sin dudas, el objetivo del semestre. Recién ahí algunos caían en la cuenta de la llegada de un refuerzo que pesaba 102 kilos. Empezaron las idas y vueltas sobre cuál era el peso ideal de Fabbiani. Según Gorosito 92 o 93 kilos. Según el ídolo, 97 ya que le convenía jugar con kilos de más.
Olé, 10 de febrero de 2009. Mismo día para una nota a pura emoción explicando de donde venía tanto amor de Fabbiani por River, pese a que su mamá y hermano son fanáticos de Boca. El hincha de River daba sus primeros pasos en esto de tener que creerle todo a Olé. Pero tanta insistencia terminaron por convencerlo de que River transitaba el camino a los grandes éxitos.
Olé, 10 de febrero de 2009. Evidentemente el 10 de febrero fue un gran día. Brillante “De frente” de Farinella. Allí podemos verlo sangrar por la herida cuando dice que “para Ahumada 8 kilos de más son eliminatorios, para Fabbiani no”. Igual, la mejor parte sin dudas es cuando dice que Fabbiani es el sucesor de Funes. Para guardar. 7 passuccis sobre 10.
Olé, 10 de febrero de 2009. Fabbiani descomprime y le da la razón a Gorosito en que tiene que bajar de peso. Kilos, kilos menos, el objetivo estaba logrado: Fabbiani era el nuevo ídolo de los hinchas y el referente del plantel. Todavía no había jugado ni un minuto.
Olé, 13 de febrero de 2009. Tapa para que el hincha de River enmarque y cuelgue en su habitación. River había debutado en la Copa ganando sobre la hora y con un gol en donde hubo mano y offside. O sea, ganó a lo Boca (?) pero a su gente no le importó y deliró pese a la modestia del rival. Evidentemente ya estábamos en presencia de otro River. El plan de convertirlo en Boca empezaba a dar sus frutos.
Olé, 13 de febrero de 2009. Gran nota de Mariano Dayan en donde relativiza sutilmente el offside y la mano en el gol millonario porque River merecía el triunfo desde antes. Una joyita.
Olé, 13 de febrero de 2009. Otra gran nota, esta vez de Federico del Río. El comienzo es sensacional: “...hay que ser ídolo, realmente, para ser ídolo sin haber jugado. Para que la Agrupación Mujeres de River repartiera antes del partido 200 vinchas con las orejas del enorme Shrek. Para que se viera a un hincha en el playón interno de la platea San Martín, disfrazado (de ilusión) con un traje de ese Ogro que ni siquiera sería titular. Para que el Monumental... se quedará afónico contando por un jugador: Cristian Fabbiani, el que se fue de un club y dejó plantado a otro. El que se prometió que jugaría en River, y en River, ahora sí, ya jugó. El que divirtió y se divirtió, con un taco en la primera pelota que rozó. El que mató en el minuto 90, un centro con el bíceps izquierdo...”. Magia pura. La nota siguió con las canciones que la gente de River le dedicó. Entre ellas el “...atención, atención, Fabbiani te saludan, los Borrachos del Tablón...”. El final de la columna es a todo vapor con el mismo Fabbiani sacando pecho: “hay que aprender de Boca que gana cagando...”. Nunca está de más tirarle un poco de tierra encima a Boca. Y si es desmereciendo sus triunfos, mejor.
Olé, 13 de febrero de 2009. La euforia por el agónico 1-0 contra Nacional de Paraguay, de local y por la primera fase de la Copa, invade la columna “De Frente” de Farinella. Las primeras palabras son contundentes: “...señores, nace un ídolo. Pónganle a Cormillot, a Ravenna... pero que el Ogro siempre esté en la cancha, Está tocado coin la varita mágica...”. Llamativo el segundo párrafo: “...hasta la gente, que conmovedoramente sigue creyendo y fue a la cancha en gran número, empezaba a desinflarse cuando se infló la camiseta blanca con banda roja que más se hincha, desde el banco. Fue una explosión de esperanza que invitó aa seguir creyendo que era posible quebrar a un rival durísimo...”. El cierre es casi a corazón abierto: “el Ogro nació para ser ídolo de River...”. 8 passuccis sobre 10.
Olé, 14 de febrero de 2009. Un día a puro Fabbiani. El tema de su peso ya no era tan importante porque Gorosito lo iba ir llevando de a poco y en el banco.
Olé, 14 de febrero de 2009. Olé ya habla de la Ogromanía. Y Buonanotte se suma: “Fabbiani contagia”. La nota no titubea en afirmar que pese a haber jugado apenas 33 minutos juntos, Fabbiani y Buonanotte prometían ser una dupla que llene de alegrías a River.
Olé, 14 de febrero de 2009. De pie señores. Toda la pirotecnia habida y por haber. Tiros para Boca y para Central, el próximo rival de River, mientras posaba con Shrek y Fionna. Olé iba a fondo y los hinchas de River gozaban de su realidad paralela.
Olé, 15 de febrero de 2009. Evidentemente esto de Fabbiani iba en serio. Olé lo dice: “...el equipo de Pipo jugaba mal en Rosario y perdía. Pero entró Fabbiani y cambió la historia. Contagió y hasta convirtió su primer tanto con la camiseta del club de sus amores...”.
Olé, 16 de febrero de 2009. Una gran tapa. No mucho más que agregar.
Olé, 16 de febrero de 2009. La campaña de Olé por Fabbiani tenía por primera vez, hechos concretos de donde agarrarse: su gol en Arroyito para que River gane 2-1. Así que se vivieron horas apoteóticas en el “Yo digo” de Martín Fula. No tiene desperdicio. Excelente cuando dice “...por las dudas que Ángel Celoria se prepare para un “este señor que no sé quien es me está insultando”...”. Cuánta sed de revancha por Dios.
Olé, 16 de febrero de 2009. Otro “De Frente” de Farinella para coleccionar. Insiste en compararlo con Ahumada cuando dice “a Fabbiani no le hace falta correr como Ahumada”. Por las dudas repite que a Fabbiani “la banda no le queda grande y no se arruga. River se llenó de optimismo y se transformó en un equipo ganador...”. Un dato: recién iban dos fechas del campeonato pero ya había que apostar todas las fichas a un River exitoso. Nos da toda la sensación qie la insistencia de Farinella para con Ahumada es digna de consultar con algún profesional que pueda ayudarlo.
Olé, 16 de febrero de 2009. Maravillosa operación de Olé donde se va en elogios a José María Aguilar por la contratación de Fabbiani. Incluso los compara. ¿Hace falta agregar algo más? Lo de “la era de los gordos” fue una ocurrencia del presidente de River para llevar a cabo una acción de marketing. Una humorada que reflejaba el estado de ánimo que logro instalar Olé, a esa altura, durante 54 días ininterrumpidos de campaña. Un laburo espectacular.
Olé, 16 de febrero de 2009. Impunidad absoluta para un Fabbiani que según Gorosito “...le va a dar muchas alegrías a River...”.
Olé, 16 de febrero de 2009. Desde el titular, muy logrado, hasta las frases “tocado por la varita” o “héroe de la película” todo apuntaba cuidadosamente al mito Fabbiani. Una bola de nieve imparable.
Olé, 17 de febrero de 2009. Nunca estaba de más una tapa para seguir construyendo una realidad que el hincha de River compre. El interior de ese Olé se venía abajo de notas pro-Fabbiani. Algunas insólitas. Ahí van algunas.
Olé, 17 de febrero de 2009. Fabbiani no sólo dando la cara por su exceso de peso sino hasta exhibiéndolo como orgullo.
Olé, 17 de febrero de 2009. Mirtha, la mamá de Fabbiani, hace su entrada triunfal y aporta su granito de arena. Sus ravioles se hacen famosos y es llevada a varios programas de televisión como “Telenoche” o “Mañaneras”.
Olé, 17 de febrero de 2009. Hasta el Beto Alonso mordió el anzuelo y compró al ídolo impuesto por Olé.
Olé, 17 de febrero de 2009. Un poco más de empuje desde el “Yo digo” de Federico Rozenbaum. Pura futurología pero mientras se ayudara a la causa, todo sumaba.
Olé, 17 de febrero de 2009. A los botes. La campaña de Olé no tiene límites y empieza a luchar por un Fabbiani en la selección Argentina. Sin palabras.
Olé, 18 de febrero de 2009. Un día en donde futbolísticamente no pasó nada. Pero sentado viendo a Nalbandian, Fabbiani fue noticia y presentado como “el hincha de lujo”. Brillante.
Olé, 19 de febrero de 2009. Se venía River-Banfield y nadie mejor que Fabbiani, con pasado en Lanús, para explicar como debía jugarse un partido en donde los rivales lo iban a salir a buscar para tratar de sacarlo de sus casillas. La frase de inicio es algo jugada: “si ganan ellos, gana el antifútbol”.
Olé, 19 de febrero de 2009. Gallardo de a poco iba tomando ritmo y no sólo iba a sentarse en el banco de suplentes. Se iba a sentar al lado de Cristian Fabbiani. Todo un mérito.
Olé, 23 de febrero de 2009. Tapa donde se expone que estamos ante “otro River” que encima quedaba como puntero del campeonato. Solapadamente se tiró el jueguito de palabras “Fa” para ver si picaba la dupla Fabbiani-Falcao. Ingenioso.
Olé, 25 de febrero de 2009. El partido de Fabbiani contra Banfield no fue bueno ni mucho menos. Pero Federico Del Río se las rebusca bastante bien para dejarlo bien parado al ídolo millonario. Gran frase “en la cancha este Ogro no resiste controles. Nadie lo para...”. El primer párrafo remarca que el color rojo y blanco ya tienen competencia en las tribunas del Monumental: el verde de Shrek. Muy bueno.
Olé, 26 de febrero de 2009. En un entrenamiento, Fabbiani-Gorosito le ganaron en el fútbol tenis a la dupla Pitu Abelairas-Buonanotte. Motivo por el cual, hubo nota y pedido de titularidad. ¿Un poco mucho? No señor. A los ídolos hay que respetarlos.
Olé, 26 de febrero de 2009. Primeros nubarrones para la era Fabbiani en River. Sus salidas a Esperanto empezaron a levantar polvareda. Sin embargo, Olé se encargó de acomodar todo para que nada se interponga en el optimismo del hincha millonario. Así podemos ver dos notas consecutivas donde Gorosito y Ferrari bancan al ídolo.
Olé, 27 de febrero de 2009. El tema de las salidas nocturnas tuvo bastante rebote en otros medios. Por las dudas, Olé insistió con Gorosito bancando a Fabbiani.
Olé, 27 de febrero de 2009. River visitaba a San Lorenzo y dos cosas quedaban claras en el arranque de la nota: los hinchas de River habían agotado 4.000 populares y el banco millonario, con Fabbiani a la cabeza, era de lujo. Sin que nadie lo sospechara, se venía un golpe de nocaut para River.
Olé, 2 de marzo de 2009. River, el equipo ganador, lleno de ídolos y referentes, se comió 5 en el Gasómetro y Fabbiani explotó por las burlas de los hinchas azulgranas. Mucha munición: “...nunca voy a jugar en San Lorenzo porque es un equipo chico...”. Las provocaciones de Shrek alcanzarían días después a Nacional de Montevideo. Lo que le empezó a abrir frentes de batalla por todos lados. Por suerte, la pasión del hincha de River todavía lo bancaba a capa y espada.
Olé, 3 de marzo de 2009. Empiezan los verdaderos problemas. Gorosito enojado porque Fabbiani no solo no bajaba de peso sino que engordaba. Pipo habla por primera vez de “tarros de ensalada”. No era convocado para el partido en Perú contra San Martín de Porres. El ídolo seguía sumando chispazos. Era el momento de ponerlo en tapa para lavar un poco su imagen.
Olé, 3 de marzo de 2009. Olé convoca a una nutricionista para que aconseje y hable con autoridad sobre el tema del momento: las comidas de Fabbiani.
Olé, 9 de marzo de 2009. Esta fecha es muy importante. Fabbiani juega por primera vez un partido de fútbol completo con la camiseta de River. El triunfo 3-1 a Arsenal en el Monumental sirve de desahogo para la gente de River. El final es sublime, con Gerlo desgarrado jugando de nueve y Fabbiani haciendo tiempo en un córner con la pelota bajo la suela. Para arengar como se debe, Olé arranca con la frase del ídolo: “...tenemos muchos huevos, por eso vamos a salir campeones...”. Excelente. El final es dando por sentado que Fabbiani enamoró para siempre a los hinchas de River.
Hay que decir que a esa altura, Fabbiani era casi más idolo que Labruna y Alonso juntos. Pero como toda mentira, a la corta o a la larga, queda descubierta. Los primeros temblores fueron algunos gestos del jugador a la platea como para apagar los murmullos que lo acompañaban cada vez que tocaba la pelota. Olé tuvo que ir soltándole la mano a medida que Fabbiani no daba pie con bola. Seguir sosteniendo semejante campaña ya no sólo era contraproducente sino que era abusarse del exigente público millonario.
El final de la historia seguramente que no fue el imaginado por las creadores del plan para imponer, de un día para el otro, un River lo más parecido posible a Boca. Fabbiani tuvo que dejar River casi por la puerta de atrás, y sin el consenso de su meteórico arribo. Incluso en agosto de 2011, el ex ídolo terminó por darle la razón a Ahumada con lo que su historia en Núñez y en Olé seguramente quedó cerrada de por vida.
Para la próxima, traten de no ser tan burdos. Traten de que no nos demos cuenta. Sean un poco más disimulados. Nuestra puntuación al trabajo de Olé es 4 passuccis sobre 10, apenas un aprobado. Sigan participando y tratando de mantener optimista al hincha de River. Aquí estaremos listos para trabarles de cabeza.