30 de noviembre de 2000. Dos días después de la coronación de Boca como campeón intercontinental frente al Real Madrid, River se preparaba para una misión imposible: ir a Río de Janeiro y dar vuelta un 1-4 frente al Vasco Da Gama y así avanzar a la final de la Copa Mercosur. De por sí, para cualquier equipo del mundo es complicado ganar por tres goles en Brasil. Ni hablar para River...
La cosa es que envuelto en su habitual y seductora retórica, José María Aguilar, por ese entonces secretario, prometió que si River clasificaba iría a la tercera bandeja del Riachuelo en la Bombonera para alentar y gritar por San Lorenzo frente a Boca el domingo 3 de diciembre. Cualquier cosa. Una venta de humo que a los hinchas de River le encanta.
Difícilmente un dirigente de Boca pueda decir semejante barbaridad, salir impune y encima ser elegido como presidente al poco tiempo. En River, como se festeja más ser antiBoca que otra cosa, este tipo de señales fueron ignoradas y/o hasta avaladas simpáticamente por hinchas y socios.
Fuente: diario Clarín correspondiente al jueves 30 de noviembre de 2000.