Hoy vamos a hablar de Ubaldo Matildo Fillol. Viajemos en el tiempo al 12 de julio de 1978, hacía 18 días que el Pato había llegado a lo máximo que puede aspirar un jugador de fútbol, ser campeón de mundo y en su país. En ese momento de su vida, a los 28 años, el Pato había sido el arquero que sacó a River de 18 años de sequía con un bicampeonato en 1975 y no sólo eso, repitió con un bicampeonato en el 77 y finalizó siendo el mejor arquero del mundo en el mundial 78, atajando un penal decisivo con Polonia y con atajadas tremendas, especialmente una a Rep en la final con Holanda.
Muchos, pero muchos momentos lindos en su vida ¿no? Y eso que todavía le faltaba un tricampeonato con River (sí, ese que terminó con tribunas vacias en los festejos del 80). Pero sin embargo el Pato no había vivido lo máximo. Un increíble momento que llegó la noche del 12 de julio del 78, el día que jugaron Boca y River por el Metro 78, el día que "la gran hinchada local" le hizo vivir a Fillol “uno de los momentos más lindos de su vida”. Aquí el testimonio emocionado del Pato. Las palabras describiendo que lo que pasó esa noche es lo más cercano a la felicidad. Hasta tuvo “el deseo de saludar afectivamente” a Husillos, el pibe que les hizo el gol del triunfo "y a todos los ganadores".
¿Se imaginan a un jugador de Boca perdiendo con River y declarando que “está feliz a pesar de haber perdido” porque lo ovacionó la hinchada de River? No, esas cosas sólo pasan en el fabuloso mundo del club del ascenso.
Muchos, pero muchos momentos lindos en su vida ¿no? Y eso que todavía le faltaba un tricampeonato con River (sí, ese que terminó con tribunas vacias en los festejos del 80). Pero sin embargo el Pato no había vivido lo máximo. Un increíble momento que llegó la noche del 12 de julio del 78, el día que jugaron Boca y River por el Metro 78, el día que "la gran hinchada local" le hizo vivir a Fillol “uno de los momentos más lindos de su vida”. Aquí el testimonio emocionado del Pato. Las palabras describiendo que lo que pasó esa noche es lo más cercano a la felicidad. Hasta tuvo “el deseo de saludar afectivamente” a Husillos, el pibe que les hizo el gol del triunfo "y a todos los ganadores".
¿Se imaginan a un jugador de Boca perdiendo con River y declarando que “está feliz a pesar de haber perdido” porque lo ovacionó la hinchada de River? No, esas cosas sólo pasan en el fabuloso mundo del club del ascenso.
Fuente: revista Goles número 1541 correspondiente al 14 de julio de 1978.
PD: Ah, estamos terminando el “equipo de ídolos de River hinchas de Boca”. ¿A que no saben quién es uno de nuestros candidatos al arco?