9 de septiembre de 1990, cancha de Independiente. Por la cuarta fecha del Apertura 90 Boca visitó al Rojo y sacó adelante un partido chivísimo. El triunfo final 2 a 1 fue gracias a los goles de Abramovich y Latorre, gracias a las atajadas del Mono, los toques de Tapia y Maranga y los piques de Graciani. Pero uno de los pilares de la victoria aquella tarde en Avellaneda fue sin dudas el laburo de Giunta. Lo de Blas metiendo, raspando y volteando todo lo que pasara cerca ayudó y mucho a llevarse los dos puntos para La Boca.
Y ojo que este partido no fue ni por asomo de los más combativos de Blas. Pero sirve para ilustrar lo que metía este tipo en un partido común y corriente. Una fiera. Y si algo nos encanta es ver a Boca sabiendo que tenemos fieras sueltas en el campo de juego.
A estos jugadores siempre los queremos en Boca. Sin importar club de procedencia o simpatías futboleras por otros equipos en su niñez. ¿Giunta era hincha de otro equipo? Uhhh, qué interesante... (?) Tipos así, que dejen la piel en cada pelota defendiendo nuestra camiseta, son los que tanto valoramos e idolatramos. Ellos siempre serán nuestros héroes. ¿Por qué? Porque así jugaríamos nosotros defendiendo nuestros colores. Dejando todo. Como corresponde.