Desde Pescia hasta Chicho Serna, pasando por Rattín y el Chapa Suñé, los mediocampistas combativos son parte de nuestro ADN. O como por ejemplo Blas Giunta, el Seba Battaglia y tantos otros. Siempre presentes en aquellos Boca que hicieron historia. ¿Casualidad? No señor.
Y son ellos, verdaderos leones sin melena, los que no necesitaron de arengas mediáticas para ser héroes. Acá no hay anos rotos ni comparaciones absurdas con Chuck Norris. Acá hay verdaderos caudillos que no tribuneaban para las cámaras.
Voz de mando, transpiración asegurada, pierna fuerte y cientos de partidos defendiendo nuestros colores. Los verdaderos leones sin melena son parte de la tradición boquense. Y renegar de ellos es en parte renegar de nuestro ADN. Así que aplaudimos a estos leones y soñamos con que su legado caiga en buenas manos y nunca deje de estar presente esa garra que siempre nos caracterizó.
Fuente: revista El Gráfico número 4118 correspondiente al 11 de septiembre de 1998.