Abril de 1994. Menotti le baja el pulgar a la contratación de Ronaldo y arriba al país John Jairo Tréllez para ponerse la azul y oro. El colombiano tuvo un paso fugaz y muy poco feliz en Boca. Y eso que de entrada lo atajó un hincha explicándole cómo son las cosas acá.
Primero matarse por la camiseta, primero la actitud, primero la garra y la entrega, el esfuerzo, la lucha, el no bajar los brazos ni darse por vencidos. Si después se le quiere agregar pisadas, toques, lujos, caños, rabonas y fintas (?), perfecto. También será bienvenido y hasta aplaudido todo eso. Pero primero, lo primero. Comerse el pasto de la Bombonera.
Y acá radica una de las causas por las que Tréllez no pudo hacer pie en Boca. Rompió ese primer y bendito mandamiento que nos hace únicos.
Fuente: revista El Gráfico número 3889 correspondiente al 19 de abril de 1994.