20 de octubre de 2013, estadio Monumental. River recibe a Belgrano por el Torneo Inicial 2013 y no pasa del empate 0 a 0. Resultado que se transformaba en un eslabón más de una pobre campaña coronada en ese momento con la mitad de tabla. Pero ese empate sin goles evidentemente colmó la paciencia de La -1. La muy poca paciencia que tienen históricamente para con sus jugadores.
Así que si fueron capaces de silbar a La Máquina, de silbar a Alonso, a Labruna, a Ramón Díaz, a Francescoli, a los campeones de América de 1986 y a tantos otros, desde ya que se tomaron el tiempo de brindarle un coro de chiflidos a Barovero, Gutiérrez, Fabbro, Balanta y compañía.
Aquella tarde el hincha de River masivamente no fue a la cancha. Y los que fueron terminaron silbando e insultando al equipo. Soltándole la mano a sus jugadores. Ni siquiera Ramón Díaz como DT y la esperanza en la Copa Sudamericana sirvieron para que les salga algo parecido a apoyar. Y cuando hablamos de apoyar nos referimos a hacerlo incondicionalmente. En este caso, más allá de una campaña mediocre.
Fuente: diario Crónica correspondiente al 21 de octubre de 2013.