21 de marzo de 1978, Bombonera. Por el partido de ida de la final Intercontinental 1977, Boca recibe al Borussia Monchedgladbach y empata 2 a 2. Un resultado y una producción que, obviamente, no fueron las esperadas. Pero que no impidieron la despedida con aplausos al equipo. ¿Por qué la ovación del Jugador Nro. 12 con apenas un empate en condición de local? Por haber presenciado que en el campo de juego se dio todo lo que había. Y cumplido ese mandamiento boquense número 1, el de luchar y luchar siempre, no hay nada para reprochar. Si nuestra camiseta se va al vestuario transpirada, nuestra historia descansa en paz.
Fuente: revista El Gráfico número 3051 correspondiente al 28 de marzo de 1978.