6 de septiembre de 1977, Bombonera. No sabemos sus nombres. No sabemos con exactitud cuántos años tenían ni dónde vivían. Lo que sí sabemos es que caminaban hacia la Bombonera con toda la fe del mundo. Listos para alentar a Boca y ayudarlo a que gane su partido. En este caso, contra el Cruzeiro por la primera final de la Libertadores.
Esa misma caminata que ayer, hoy y siempre hacemos los hinchas de Boca con el corazón caliente y la garganta preparada para arrinconar rivales y empujar a nuestros jugadores el arco de enfrente. Nosotros no vamos a mirar partidos. Nosotros vamos a jugarlos desde la tribuna. Y ahí dejamos todo, sin importar triunfos, derrotas, ni mucho menos si se juega bien, mal o regular. Nosotros vamos a ayudar a que Boca gane. Así nacimos. Así moriremos.
Esa misma caminata que ayer, hoy y siempre hacemos los hinchas de Boca con el corazón caliente y la garganta preparada para arrinconar rivales y empujar a nuestros jugadores el arco de enfrente. Nosotros no vamos a mirar partidos. Nosotros vamos a jugarlos desde la tribuna. Y ahí dejamos todo, sin importar triunfos, derrotas, ni mucho menos si se juega bien, mal o regular. Nosotros vamos a ayudar a que Boca gane. Así nacimos. Así moriremos.
Fuente: El Gráfico Extra correspondiente al 8 de septiembre de 1977.