Casi dos años después de sucedido, el Beto Alonso cuenta sus sensaciones al haber sido chiflado e insultado por la propia gente de River en ocasión de un partido contra Argentinos en el Monumental.
Aquella vez, una eliminación de Copa Libertadores fue el disparador para que La -1, la hinchada que siempre resta, muestre nuevamente su enorme capacidad de humillar y despreciar a sus propios jugadores. Incluso ídolos multicampeones con esa camiseta.
A ellos no les interesa nada. Solo silbar a insultar. Como les pasó a Pedernera, Labruna, Francescoli, Fillol, Luque, Ramón Díaz, Mostaza Merlo, Carucha Corti, el Negro Enrique, Ángel David Comizzo, Pavoni, Ahumada, Hernán Díaz, el Negro Zamora, el Vasco Olarticochea, Passarella, Checho Batista, Gallego, Roque Alfaro, Chiche Arano, Juan Pablo Carrizo, los hermanos Onega y todo lo que pise el campo de juego del Monumental y vaya vestido de blanco con una banda roja. Esta vez le tocó a Alonso.
Fuente: revista El Gráfico número 3202 correspondiente al 17 de febrero de 1981.
Gracias al Passucci Lahitou