Nosotros estamos parados en la vereda de enfrente del señor Alejandro Nantes. Y a mucha honra. Boca, a lo largo de su historia, ha ganado muchísimos partidos desde las tribunas y gracias a su gente.
Que ellos, los Alejandro Nantes, no sepan ganar partidos desde sus tribunas es otro tema. Que nunca lo hayan hecho porque antes estaban vacías y ahora están con gente que silba, escupe y tira proyectiles o se queda en silencio, no es culpa nuestra.
Sólo es cuestión de tener fe. De alentar hasta el final creyendo posible lo imposible. De no bajar los brazos ante la primer adversidad, de transmitir confianza a los que en el campo de juego estén defendiendo la camiseta. Llamen como se llamen. En definitiva, lo que hace el hincha de Boca. Ayudar a que los 11 de azul y amarillo les ganen a los que tienen enfrente. ¿Y cómo se los ayuda? Redoblando el aliento, dándoles fuerza. Dejando la garganta y los pulmones para empujar la pelota hacia el arco contrario.
Fuente: revista El Gráfico número 1313 correspondiente al 8 de septiembre de 1944.
Siempre fue así a lo largo de la historia. Y es muy respetable. En serio. Respetamos mucho que los hinchas de River se sientan un cero a la izquierda cuando van a la cancha.
Pero debe ser una sensación horrible estar mirando un partido sintièndose apenas un observador de lo que pasa. Así es el hincha de River. Frío y silencioso testigo de un partido de fútbol, siempre listo a agredir a los suyos cuando las cosas no salen. O irse cinco minutos antes para tomar el Hall y romper los vidrios.
De esa manera, siendo muchos menos en cantidad y sintièndose tan insignificantes, es imposible sostener mentiras como las que quiere instalar La Corpo. Deberían mirar y aprender.
Que ellos, los Alejandro Nantes, no sepan ganar partidos desde sus tribunas es otro tema. Que nunca lo hayan hecho porque antes estaban vacías y ahora están con gente que silba, escupe y tira proyectiles o se queda en silencio, no es culpa nuestra.
Sólo es cuestión de tener fe. De alentar hasta el final creyendo posible lo imposible. De no bajar los brazos ante la primer adversidad, de transmitir confianza a los que en el campo de juego estén defendiendo la camiseta. Llamen como se llamen. En definitiva, lo que hace el hincha de Boca. Ayudar a que los 11 de azul y amarillo les ganen a los que tienen enfrente. ¿Y cómo se los ayuda? Redoblando el aliento, dándoles fuerza. Dejando la garganta y los pulmones para empujar la pelota hacia el arco contrario.
Fuente: revista El Gráfico número 1313 correspondiente al 8 de septiembre de 1944.
Siempre fue así a lo largo de la historia. Y es muy respetable. En serio. Respetamos mucho que los hinchas de River se sientan un cero a la izquierda cuando van a la cancha.
Pero debe ser una sensación horrible estar mirando un partido sintièndose apenas un observador de lo que pasa. Así es el hincha de River. Frío y silencioso testigo de un partido de fútbol, siempre listo a agredir a los suyos cuando las cosas no salen. O irse cinco minutos antes para tomar el Hall y romper los vidrios.
De esa manera, siendo muchos menos en cantidad y sintièndose tan insignificantes, es imposible sostener mentiras como las que quiere instalar La Corpo. Deberían mirar y aprender.