9 de septiembre de 1990, cancha de Independiente. El Boca de Cai Aimar visita al Rojo por la cuarta fecha del Apertura 90 y llena toda la tribuna popular visitante y parte de la platea de atrás de los bancos de suplentes. Pero no nos queremos quedar en eso porque muchos le buscarán explicación debido al furibundo arranque de aquel Boca en el torneo. Con tres victorias en las tres primeras fechas, la visita a Avellaneda era una linda excusa para medir fuerzas y seguir sumando en busca del gran objetivo boquense por aquellos años: salir campeón de un torneo local.
En lo que queremos detenernos es que promediando el segundo tiempo y con el partido 1 a 1, cerrado, bien chivo, el aliento del Jugador Nro. 12 pidió ganar. Y para ganar había que hacer un gol. Debe ser muy movilizador que más de 25.000 personas te griten “es la hora, es la hora, es la hora de ganar,,,, ponga huevo’ lo xeneize, que tenemos que ganar....”. Lo que podemos dar fe que fue movilizador fue pedir eso y que en menos de un minuto nuestros jugadores hayan puesto manos a la obra.
Otras hinchadas eligen el silencio, el murmullo y está muy bien. Cada uno es como es y hay que respetarse (?). Pero nosotros los boquenses, elegimos creer en los triunfos, cantar a los gritos y alentar. Alentar siempre. Gane, empate o vaya perdiendo Boca.
Aquella tarde de fiesta en Avellaneda terminó con triunfo 2 a 1 y hasta con vals “Desde el alma” en la tribuna. Mejor, imposible.