30 de julio de 1972, cancha de Huracán. Boca visita al Globo por el torneo Metropolitano y es goleado sin atenuantes 5 a 1. Pero el descuento boquense que puso un parcial de 1-4 bastó para encender la ilusión del Jugador Nro. 12 que redobló el aliento en busca de un milagro que no llegó.
Pero justamente ese rasgo de creer en las hazañas y alentar en la adversidad incondicionalmente es lo que hace de la hinchada de Boca la hinchada más grande del mundo. Alentar en el triunfo es muy fácil. Callar a una hinchada local 1-4 abajo, no cualquiera lo hace,
La anécdota es contada varios años después por Menotti quien aquella tarde de 1972 era DT de Huracán.
Fuente: revista Todo Fútbol número 1 1981.