Julio de 1985. En una nota a los hermanos Enrique, Héctor cuenta que el año anterior en un partido contra Cipolletti vivió en vivo y en directo la crueldad del simpatizante millonario. Pudo presenciar como lo maltrataban aunque aquella tarde no jugara. El insulto equivocado habla también a las claras que evidentemente ese Tano Pasman ochentoso no tenía ni idea de quien jugaba aquella tarde. No importa eso. Lo que importa es hostilizar (?).
Fuente: revista El Gráfico número 3434 correspondiente al 30 de julio de 1985.