La foto corresponde a un partido que no sabemos exactamente cuál fue, pero que para ser sinceros tampoco viene al caso. De arriba hacia abajo, vemos la tercer bandeja local popular, la bandeja del medio con aquel mítico telón y bajando más la mirada, ya en la tribuna de socios, vemos una pequeña bandera colgada del alambrado. Ahí nos queremos detener dos minutos.
Esa bandera hablaba de un sueño hecho realidad. Corría 1993 y las grúas ya trabajan en los terrenos de Casa Amarilla para construir lo que Boca merecía y soñó durante años. Tener un complejo deportivo pegado a su cancha.
Pero ojo que ese sueño hecho realidad en 1993 durante mucho tiempo fue una utopía. Algo que dicho en voz alta provocaba miradas y hasta algunas risitas burlonas. Era imposible te decían.
Quienes domingo por medio cruzábamos a pie esos terrenos para cortar camino y llegar o salir más rápido de la Bombonera llegamos a creer que de verdad era imposible. Vagones abandonados, yuyos de metro y medio, ratas y sendas hechas a machetazos (?) para poder salir a la calle y no perderte ahí adentro, te obligaban a creer que era imposible construir algo ahí. Pero no. Hubo voluntad de cambiar la historia.
Boca negoció con las autoridades correspondientes y obtuvo esos terrenos. Y a partir de ese momento puso manos a la obra con el objetivo de crecer como club pero, fundamentalmente, de cumplir un sueño. Que Casa Amarilla sea una realidad.
Dios quiera que algún día podamos ver colgada en ese mismo alambrado otra bandera que diga “Ampliar la Bombonera una realidad”. ¿Dentro de cuánto? El tiempo que sea necesario. No hay apuro para ver ese sueño hecho realidad.