Cuando a principios de marzo de 2012 tomaron estado público las declaraciones de Bochini diciendo que si lo que hizo en Independiente lo hubiera hecho en Boca su popularidad habría sido mayor, muchos se sorprendieron. Nosotros no.
El Bocha siempre tuvo mucho respeto hacia Boca y especialmente hacia los hinchas de Boca. A su mística, a la Bombonera. Se cansó de hacernos goles y de ganarnos partidos pero nunca cayó en la necesidad de vender humo. Y eso, el respeto, es algo que la hinchada de Boca valora muchísimo.
Probablemente otras hinchadas, acostumbradas a insultar hasta a sus propios jugadores, hubieran puteado de arriba a abajo a un ídolo de un clásico rival que los tenía de hijos. Pero el Jugador Nro. 12 es distinto y tiene en su escala de valores el respeto con los que la respetan.
Sabemos que el Bocha tuvo un sueño que lamentablamente no pudo cumplir. Jugar con la camiseta de Boca y sentir el aliento del Nro. 12. Vivirlo en carne propia y no como rival. Sentirse empujado por la hinchada de Boca. Que de respaldar jugadores, tribunas llenas y aliento permanente, sabe mucho y no admite comparaciones de ningún tipo. No lo decimos nosotros. Lo dijo Bochini. Y el Bocha no lo dijo una vez. Sino dos veces. Groso
Fuente: revista El Gráfico número3587 correspondiente al 5 de julio de 1988.