14 de febrero de 1965, estadio Hernando Siles, La Paz, Bolivia. La mística de Boca en la Copa viene de antes de Carlos Bianchi. Incluso de antes del Toto Lorenzo. La mística de Boca es un valor que viene adosado a nuestra camiseta desde nuestros mismísimos orígenes. Y encontró en la Libertadores las condiciones adversas ideales como para crecer.
Pisar fuerte en otros países dando vuelta resultados es un rasgo distintivo de Boca. Y una de esas primeras hazañas en el máximo torneo continental es la que adjuntamos. A los 4 minutos del segundo tiempo, The Strongest se ponía 2 goles arriba en el marcador. Pero nuestra camiseta fue capaz de dar confianza a jugadores que estaban haciendo un pésimo partido así como de convencer a los rivales de que jamás tendrán un triunfo asegurado hasta que el árbitro pite el final. Y Boca terminó dando vuelta aquel partido de manera inimaginable. A lo Boca.
Nuestra historia se nutre de éxitos deportivos pero en gran parte de estas remontadas épicas que asombran al resto y confirman de generación en generación lo que significan 11 tipos vestidos de azul y oro dentro de una cancha.
Y si nuestra mística no nació con las Copas ganadas, nuestra fama y reconocimiento mundial, tampoco. De ahí se desprende el recibimiento de los hinchas locales aquella tarde en Bolivia hacia los jugadores de Boca. No sabemos si alcanza para hablar de revolución (?). Lo que sí sabemos es que Boca es conocido y admirado a nivel mundial desde hace mucho. Muy probablemente desde que en 1925 conquistó Europa.
Fuente: revista El Gráfico número 2367 correspondiente al 17 de febrero de 1965.
Gracias al Passucci Dionisio
