Diciembre de 1976. Con motivo del partido semifinal del Nacional, los dirigentes de Boca manifestaron su enojo ante el estadio designado para jugar contra Huracán. Y la bronca no era por tener que tomarse el 22 hasta Avellaneda sino porque la cancha de Independiente ofrecía sólamente (?) 53.000 entradas para venderle a los hinchas.
Cuánta agua turbia corrió bajo el puente, y no precisamente el de La Boca. Y en 30 años pasamos a que por ejemplo Vélez nos ofrezca apenas 1.700 entradas y los que se tienen que quejar son los que van a pagar esas entradas.
Fuente: revista El Gráfico número 2985 correspondiente al 21 de diciembre de 1976.