29 de agosto de 1976, estadio Olímpico de Caracas, Venezuela. Independiente y Atlético Español de México definen la Copa Interamericana tras empatar 2 a 2 el partido de ida, también jugado en Caracas unos días antes.
El trámite es favorable al equipo mexicano y los de Avellaneda se limitan a quedarse cerca de su arco y defender con uñas y dientes el empate. Tras los 90 minutos se llegó al alargue en donde Independiente no cambió su postura y apostó todo a llegar con vida a los penales. A la lotería de los penales.
El 0 a 0 final dejó la definición de esa Interamericana desde los 12 pasos, en donde el Rojo se impuso gracias a la tarea de su arquero Carlos Gay.
Fuente: revista El Gráfico número 2969 correspondiente al 31 de agosto de 1976.
Este documento es nuestro aporte al debate que abren los hinchas de Independiente y River ante cada Copa ganada por Boca.
¿Tienen valor este tipo de éxitos deportivos? Es decir, éxitos en competiciones de segundo orden, conseguidas frente a equipos sin historia, jugando mal y con el equipo metido todo atrás para defender el empate y llegar a los penales? ¿Deben festejarse las copas ganadas por penales?
Nosotros estamos convencidos de que hay que festejarlas y todas las copas tienen su mérito. Aquel Independiente festejó esa Interamericana hasta con lágrimas en sus ojos. Y está muy bien. Preferimos esas lágrimas de emoción por un triunfo y no el llanto desconsolado ante cada copa ganada por Boca.