17 de febrero de 1992, estadio José M. Minella. Por la copa de verano Boca le gana 1 a 0 a River en Mar del Plata al cabo de los primeros 45 minutos. Nada del otro mundo dirá usted. Y es verdad. Pero los entretiempos fueron hechos para mucho más que para que los jugadores descansen o los hinchas nos vayamos a comprar un chori, Esos 15 minutos eran el escenario perfecto para que mientras las hinchadas rivales miraban en silencio, la de Boca redoblara el aliento. Como la mítica lambada desatada en el Monumental bajo la lluvia en febrero de 1990. O como este entretiempo donde hasta el periodista de turno recalca que "hace minutos que esta gente no deja de gritar".
La hinchada de River miraba en silencio, como hizo toda su vida. Imaginate si no canta ganando, lo que eran de estatuas perdiendo. Pero no nos cebemos (?).
Los entretiempos deben ser recuperados para seguir mostrando nuestra fiesta. En cualquier cancha. De día, de noche, bajo la lluvia, en finales o amistosos de verano. Los entretiempos donde la hinchada más grande del mundo siga dando cátedra de aliento a sus colores.