Sábado 15 de agosto de 1981, Bombonera. El pitazo final de Abel Gnecco frente a Racing desató la auforia del Jugador Nro. 12 ante una nueva estrella conseguida. Fiel a una antigua tradición boquense, hizo su ingreso al campo de juego un barrilete gigante con los colores azul y oro.
Al igual que por su aliento incondicional ante la derrota, a la hora de los festejos, la hinchada de Boca también es única e inimitable por sus tradiciones. Y es poseedora de una mística que no se puede inventar de un día para el otro.
