miércoles, 29 de febrero de 2012

Hinchada de Boca alienta pese a River campeón. Al revés, no pasa 1999

6 de junio de 1999, estadio Monumental. River pierde 3 a 2 con Racing por la fecha 17 del Clausura y deja servida la consagración de Boca, quien jugaba a continuación en cancha de Independiente. El campeonato boquense alteró los ánimos en Núñez y todo fue reproches.
Fuente: diario La Nación correspondiente al 7 de junio de 1999.

Fuente: diario Olé (antes de que Farinella sea su director) correspondiente al 20 de diciembre de 1999.

Fuente: diario Clarín correspondiente al 20 de diciembre de 1999.
19 de diciembre de 1999, Bombonera. Boca empata 0 a 0 con Talleres por la fecha 19 del Apertura pero ni siquiera con un triunfo le hubiera alcanzado para la vuelta olímpica, porque el empate 2 a 2 de River en cancha de San Lorenzo decretó campeón al equipo millonario. El campeonato riverplatense no empañó ni el aliento ni el apoyo del Jugador Nro. 12 a su equipo. Fiesta asegurada pese al dolor.

La comparación es muy fuerte. Primero porque entre un caso y otro, sólo hubo seis meses de diferencia. Y segundo, porque refleja muy claramente el ADN de ambas hinchadas ante un traspié doloroso como es perder la chance de salir campeón y que encima el rival de toda la vida se lleve el título.
La gente de River asumió la derrota silbando al equipo, insultando a dirigentes y jugadores. El Nro. 12 asumió la derrota alentando a Boca, a los colores. Cantando con entereza y sin entrar en actitudes histéricas. Y eso que Boca perdía la chance concreta de su primer tricampeonato consecutivo. Logro con que el simpatizante de River cree que puede llegar a humillar a un hincha de Boca.
Nuestro concepto de humillación es muy diferente. Para un boquense es humillante agredir al propio equipo cuando las cosas no salen sin importar que se haya luchado hasta el final buscando un objetivo.
Aquella tarde de diciembre de 1999, el Jugador Nro. 12 dio una nueva clase práctica de apoyo incondicional en la derrota. Una forma de ser que premia el esfuerzo y el no bajar los brazos aunque la realidad sea adversa y la derrota esté consumada. Cuando las radios confirmaron el empate en cancha de San Lorenzo y relataban la vuelta olímpica de River, el hincha de Boca respaldó a su equipo cantando más fuerte y aplaudiéndolo.
Esa tarde, la hinchada de Boca salió campeón demostrando que en su escala de valores están el aliento a la garra, a la lucha, el respeto y el reconocimiento a los jugadores y por sobre todas las cosas, el amor a Boca. Un amor que está por encima de todas las cosas. Incluso de una vuelta olímpica de River.
Pobrecitos los que en su escala de valores tienen el paladar negro. Los que para alentar a su equipo tienen que evaluar primero si se jugó bien. Los que ponen una vuelta olímpica de Boca por encima del amor a su camiseta.

lunes, 27 de febrero de 2012

Jugador -1 con disforia de hinchada

Acorde a la lenta aceptación por parte de las distintas sociedades, a comienzos de la década del 80 tuvo bastante impulso el tema de las hinchadas homosexuales. Estamos hablando concretamente de hinchadas de distintos clubes que se subdividían claramente de acuerdo a sus preferencias sexuales. Los hinchas heterosexuales por un lado y los homosexuales por otro.

Fuente: revista El Gráfico número 3138 correspondiente al 27 de noviembre de 1979.

Acá en la Argentina no se llegó nunca a dicho escenario en forma organizada, aunque hemos detectado ejemplos puntuales manifestados en forma natural durante las pocas veces que el estadio de River estuvo colmado sólo con simpatizantes locales.
El tema es que hace unos días la Asociación Americana de Psiquiatría, entidad pionera y de vanguardia en estos temas, al punto de ser quien decidió eliminar la homosexualidad del “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM)”, nos alertó de un fenómeno que está sucediendo delante de nuestras narices desde comienzos de 2009: la disforia de hinchada en el público que habitualmente sigue a River.
Hasta ahora conocíamos la disforia de género, que según Wikipedia es el término con el que se designa a las personas que tienen una contradicción entre su "sexualidad psicológica" y su "sexualidad genital". La enorme mayoría de las personas se identifica y siente como propio el sexo genital o biológico de asignación, pero debido a la diversidad humana hay casos de personas que sufren esta disfunción.
La disforia de hinchada que está padeciendo el público riverplatense es todavía algo más compleja de entender. Pero vamos a tratar de ejemplificar para ser lo más claro posible.
Históricamente la hinchada de River vendría a ser una chica que siempre fantaseó ser hombre. Siempre quiso que su presencia sea intimidatoria y reconocida como la de un varón. Pero esto jamás ocurrió básicamente por sus cualidades innatas: cánticos en voz baja y aguda, sus silencios, sus tribunas vacías y sus arranques de histeria descargando problemas emocionales sobre quien se le pusiera adelante, así se llamara Ángel Amadeo Labruna.
Ahora bien, esa chica finalmente se operó para cambiar de sexo a partir de 2009, año en que Boca deja de vender entradas y le da vía libre para que sea líder en recaudaciones. Tras la operación, la chica finalmente empieza a llenar su tribuna en forma mucho más seguida. La chica por fin se parece a un hombre. Habla como hombre, se siente un hombre. Pero a la hora de los bifes, a la hora de demostrar y comportarse como un verdadero hombre, se le viene el mundo abajo. A la hora de ayudar a su equipo a sacar un puto punto que lo salve de la Promoción 2011, no puede. No hay caso. No se le para. Y si gracias a la ayuda de Olé la medicina se le para, no puede gozar.
A esta altura, usted estará pensando que todo esto es un chiste pero, lamentablemente, no. La hinchada de River no fue capaz de ganar un partido. Se cree que para ayudar a su equipo desde las tribunas basta con llevar gente, amenazar a un árbitro en el entretiempo o incluso invadir un campo de juego para empujar a sus jugadores. Porque ni siquiera los cagó a trompadas. Los empujó.
Es como si esa chica operada que ahora se ve como un hombre, finalmente se decide e invita a una mina a cenar afuera. Luego la lleva a su departamento donde ya tenía preparada velas, sábanas de seda, música chill-out (?), etc. Todo pensando que eso sólo lo hace macho, que con eso solo va a lograr la tan deseada erección y por fin concretar de una vez por todas lo que está buscando desde hace toda una vida. Pero no.
En términos de hinchadas, tener una erección, consumar un acto sexual, gozar un orgasmo, es alentar, empujar. Es ser un jugador más. En definitiva, es ser hincha de Boca.
Ojo que el drama que está viviendo la gente de River tiene solución. Pero necesita de un tratamiento serio. No basta con un par de medios de comunicación amigos que le repitan todos los días "...sos el más macho, vamos, dale que sos el que la tiene más grande...".
Dicen que el primer paso para recuperarse de una enfermedad, es reconocer el problema. Ese es nuestro aporte totalmente desinteresado (?). El Jugador -1 sufre de disforia de hinchada. Hagan lo que quieran muchachas muchachos.
Muchas gracias al Passucci Dr. Juan Ignacio Soria, médico especializado en disfunciones sexuales.

sábado, 25 de febrero de 2012

Santos de Pelé se arengaba gritando "Dale Boca..." 1963

Año 1963. Tras las finales de Copa Libertadores disputadas entre Boca y el Santos, Pelé y sus compañeros quedaron maravillados por el aliento estremecedor del Jugador Nro. 12. Aliento que se sostuvo pese a la enorme decepción de perder ambas finales, la segunda en la Bombonera.
Y quedaron tan sorprendidos los brasileños con la mística boquense, que a partir de ese momento adoptaron como grito de guerra el "Dale Boooooca" para darse fuerzas antes de salir a jugar sus partidos. Algo que es un honor ya que no es otra cosa que el reconocimiento de todo lo que encierra el grito "Dale Boca". Un grito de guerra.
¿Alguien se imagina que un equipo que quiera arengarse empiece a gritar "Dale River"? Por supuesto que no. Eso se llama mística.
Fuente: revista El Gráfico Especial Boca Campeón 1981.

jueves, 23 de febrero de 2012

River sale campeón en Monumental con 8.000 entradas vendidas 1980

QUEE MENTIRA QUQE SOS PASUCCI, SOS MAS MENTIRRA QUE  VOKA QUE CON ALLBOYS TUBO TRIBUNAS SIN GENTE... HABLA DE ESO SI TE ANIMAS::: LA MENTIRA SE TE ACABO

Tenemos poco tiempo porque entre el Chori, Almeyda, Turnes, Ladaga y Olé nuestro laburo se incrementó notablemente. Pero no por eso vamos a dejarle pasar semejante grado de caradurez al dueño de este mensaje. Vayamos directo al grano.
En Boca - All Boys por la última fecha del Apertura 2011 había menos gente que la tarde de la coronación ante Banfield. Pero no se puede hablar de estadio vacío con 40.000 personas en lugar de 57.000. De ninguna manera.
Entre paréntesis, hay un detalle que usted debería saber pero prefiere ignorar. Boca no vende entradas. Se lo decimos de otra manera. A los hinchas de Boca no les permiten comprar populares ni plateas. Solo socios con carnet al día.
Cómo tampoco queremos aburrirlo con este problema que sufrimos desde hace ya 3 años y en el que usted no tiene nada que ver, no vamos a entrar en el tema reventa, turistas, etc. Le vamos a recordar al River tricampeón de 1980, un caso sin precedentes. Y en una época donde cualquier hincha podía ir a la ventanilla y comprar su entrada. Tal vez, como dijo el Beto Alonso, el simpatizante millonario prefirió irse a la casaquinta en lugar de ir a la cancha. No sabemos. Lo que sí estamos seguros es que River festejó ese campeonato y dio la vuelta olímpica con el Monumental totalmente desolado. Alentado sólo por el tablero electrónico. Una vergüenza que jamás podrá borrar.

Fuente: revista El Gráfico número 3175 correspondiente al 12 de agosto de 1980.

Fuente: diario Clarín correspondiente al 8 de agosto de 1980.

7 de agosto de 1980, estadio Monumental. River derrota 3 a 1 a Tigre por la fecha 34 del Metropolitano 4to. Centenario y, sumado a los no triunfos de Argentinos, Talleres y Huracán, se corona campeón del fútbol argentino. Perdón, tricampeón del fútbol argentino.
El espectáculo es insólito. Plateas y tribunas semivacías. ¿Gente de poca fe? Seguro. Igual no hay excusa que valga para no acompañar a un equipo que llevaba una amplia ventaja en la tabla de posiciones y que tenía chances concretas de salir campeón. Cosa que efectivamente terminó ocurriendo.
El más que respetable sitio RSSSF habla de 8.000 entradas vendidas. La verdad, el número exacto es lo de menos. Acá lo que importa es que el Monumental fue escenario de una vuelta olímpica con tribunas más vacías que llenas. Una vergüenza.



¿Por qué la gente de River no fue a ver a su equipo al Monumental si tenía chances de salir campeón? Si le preguntáramos eso al Chori Domínguez, un experto en poner excusas, diría que era de noche, que hacía mucho frío, que se tenían que dar una combinación de resultados, que había probabilidades de sudestada en el Río de La Plata, que la luna estaba en cuarto menguante o que Tigre no le garantizaba un buen espectáculo ya que jugaba de contragolpe.
Por las dudas, nos quedamos con las declaraciones de un integrante de ese plantel, el Negro Juan José López, quien meses después analizaba fríamente lo sucedido esa noche:

Fuente: revista El Gráfico número 3194 correspondiente al 23 de diciembre de 1980.

Hablando lo más objetivamente posible (?), vender 8.000 entradas para la noche de la coronación de un campeonato, en realidad un tricampeonato, es indigno de una hinchada de equipo grande. No se puede salir campeón a cancha vacía. Es un papelón. Asúmalo. Muy probablemente los Argentinos Juniors, Ferro y hasta Arsenal de Sarandí hayan salido campeón con más entradas vendidas que el River 1980. Sacamos de la discusión al Vélez del Clausura 2011 porque fue obligado a jugar contra Huracán a puertas cerradas.
Que un hincha de River, critique el Boca ya campeón con 40.000 personas en la Bombonera porque no puede vender entradas, es el colmo. En realidad, el colmo es ser de River y pasarse la vida buscando superar al Jugador Nro. 12. Pero no importa. Siga participando que lo esperamos sentado con la historia en la mano.

martes, 21 de febrero de 2012

"No hubo en la Argentina, no hubo en el Mundial..." 1986


“Que alegría, que alegría, olé olé olá, vamos Boca todavía, que estás para ganar, como esta hinchada loca, seguro que no hay, no hubo en la Argentina, no hubo en el Mundial, porque tenemo' aguante, no hacemo' la amistad, che Rojo (o quien corresponda) vigilante…”.
Himno ochentoso por excelencia. Cuando algunas hinchadas ni soñaban con ir a un mundial y otras, como la de River, ni siquiera había nacido, La 12 daba cátedra. Este 9 de noviembre de 1986 Boca se estaba comiendo un paseo de novela con Independiente, pero a La 12 no la baila nadie. Con un 0-4 en contra y con un jugador menos, se puso 2-4 y el aliento fue conmovedor.  La gente del Rojo miraba en silencio. Ni pañales, ni maiz, ni silbidos, ni insultos, aliento puro, emocionante. Una derrota que dolió, pero esa noche, como todas en la década del 80, los hinchas de Boca podíamos ver tranquilos Fútbol de Primera. No había campeonatos para festejar pero en la tribuna éramos campeones del mundo. No teniamos rivales. Siempre únicos e inimitables.

domingo, 19 de febrero de 2012

Gallinas (1)

Nota extraída de EuroBanfield.com donde habla por primera vez el socio de Banfield que, sin sospecharlo, le terminó poniendo a River el apodo que merecía: "gallina". Hoy día las palabras River y gallinas son sinónimos. Algo que debemos agradecer a este anónimo simpatizante:. “...tiré la gallina para cagarme de risa, no hubo ninguna otra intención...”.

-¿Cómo se llama?
-Eso es lo único que no te voy a contestar.

-¿Por qué?
-Porque en mi juventud hice algo de lo que me enorgullezco, pero que hoy en día me puede traer algunos problemas.

-¿Qué hizo?
-¿Viste que a los de River les dicen “Gallinas”?. Es por mi culpa.

La cancha de Banfield se va llenando. Es un partido más en la historia, pero en la tribuna hay un hincha que no pasa desapercibido cuando se repasan los hechos destacados. Hace 53 años que es socio y la platea local parece, a esta altura, una habitación más de su casa. Algo lo distingue del resto, ya que sin haber ejercido un puesto político en el club, es igualmente reconocido.
En mayo de 1966, River Plate disputaba la final de la Copa Libertadores de América contra Peñarol de Montevideo. En la ida, disputada en Uruguay, ganó Peñarol por 2-0. Luego, en el Monumental, River venció 3-2 y esto llevó la serie a un tercer y definitivo partido en el Estadio Nacional en Chile. El equipo argentino comenzó ganando 2-0 un partido que se le presentaba fácil, pero los dos goles convertidos en el complemento por los carboneros, sumados a otros dos en el tiempo extra, le quitaron de las manos la tan ansiada copa.
Cuatro días después, River debía enfrentar a Banfield en el estadio de Peña y Arenales.

“Se planeó todo en ‘Mi club’, una discoteca a la cual yo concurría con mi grupo de amigos y con cuyo dueño tenía una fuerte amistad. Cuando el jueves nos reunimos, charlamos sobre River y se nos ocurrió hacerles alguna cargada. Fue ahí cuando surgió la idea. Nos pareció algo perfecto para el momento que ellos estaban viviendo”, comenta el ideólogo con una mezcla de alegría y nostalgia. “Nos pusimos de acuerdo con el comisario, que también se juntaba a ‘chupetear’ con nosotros, para que nos dejara entrar. Así que no hubo problemas, nos dijo que iba a dejar la zona liberada un rato antes del partido para que pudiéramos llevar la gallina a la boletería, lugar donde también nos veíamos para ‘copetear’ los días de partido”, agrega.

La gallina, de raza lego y color blanco, se iba a convertir, sin saberlo, en uno de los protagonistas de la tarde. La mantuvieron dentro de una bolsa de panadería industrial vistiendo una cinta roja pegada en el pecho con cinta scotch, hasta diez minutos antes del partido. “Antes de que empezara, llevamos la bolsa con el animal hasta la platea y esperamos a que saliera River para tirarla. El que encabezó la fila fue Oscar “Pinino” Mas y cuando pisó el césped se la tiré adelante. La pobre gallina ligó, de Pinino, una patada en el orto que la hizo picar hasta el otro lado de la cancha y todos los fotógrafos empezaron a correrla desde atrás”, recuerda entre carcajadas dignas de un buen bromista.

El acto estaba consumado y la reacción no tardó en llegar.

“En la tribuna estábamos todos cagándonos de risa, los de River calientes como yeguas y los fotógrafos como locos corriendo de un lado para el otro intentando fotografiar a esa, la primera gallina”, continua el testigo protegido, y añade: “El que más lo disfrutó fue el ‘Portugués’, canchero de Banfield, que con el partido listo para arrancar, la agarró, la llevó al vestuario y la hizo cagar ahí mismo. Esa misma noche fue guiso”.

-¿En ese momento creyó que le iba quedar el mote para el resto de la historia?
-No, ni lo pensé la verdad. Antes nos divertíamos así, eran jodas comunes. Lo hice para cagarnos de risa, no hubo ninguna otra intención. Pero se ve que gustó.

La chanza estaba hecha, todos los plateístas sabían quién había sido el autor material del hecho pero un acuerdo tácito hizo que nadie revelara el secreto. Las primeras repercusiones fuera del ámbito de Banfield llegaron recién 30 años después.

“Un periodista que escribió dos o tres libros de la historia de Banfield, Víctor Raffo, que en una oportunidad me había preguntado sobre el tema, le dió mis datos a Carlos Carpaneto, que escribe en el diario Olé sobre Banfield. Éste me llamó por teléfono para hacer una nota y yo le dije que no tenía nada que ver con el tema. Después, una filial de Boca en Brandsen me invitó a comer un asado para conmemorar la fecha pero tampoco fui”, explica el hincha convencido de que preservar su identidad es la mejor forma de resguardarse y agrega: “Hasta el Secretario de Cultura de la Municipalidad de Lomas de Zamora me ofreció siete lucas para ir a contar la historia al programa de Susana Giménez y también dije que no”.

-¿Le dijo que no a siete mil pesos?
-Sí, nene, prefiero seguir viviendo en paz.

Autor: Juan Manuel Cignoni
FUENTE: Eurobanfield.com


29 de mayo de 1966, cancha de Banfield. Por primer avez en la historia se recibe a River en un campo de juego, lanzando una gallina.

viernes, 17 de febrero de 2012

El Passucci Almeyda vs su ídolo

Hasta ahora habíamos juntado pruebas suficientes como para afirmar que Matías Almeyda es hincha de Boca y que su padre no sólo también lo era, sino que su fanatismo por la azul y oro lo hizo encarar al mismísimo Macri en 1998 al grito de "...cómo vas a traer a esa gallina a dirigir Boca...” ante la posible llegada de Passarella. Una jornada histórica para los presentes en la peña boquense de la Azul natal de los Almeyda.
Pero ahora la cosa toma otra magnitud. Porque el passucci Lucas P Negro nos adjunta el escaneo de la página 21 de la Sólo Fútbol número 239 correspondiente al 22 de enero de 1990. Allí un joven Matías declara que el jugador preferido en su puesto era Blas Armando Giunta.


Un Giunta por entonces con seis meses en Boca, pero ya convertido en símbolo del Nro. 12 por un par de intervenciones históricas: su pelea con un policía en cancha de Huracán y nada más y nada menos que el penal en cancha de Independiente que le dio la Supercopa a Boca. Así que entendemos perfectamente a aquel Almeyda hincha de Boca que soñaba con ser un Giunta. ¿Quién no lo soñó? ¿Qué hincha de Boca en aquel momento no quería ser Blas? ¿Quién no se tiró al piso a trabar jugando con amigos, sintiendo en su corazón el grito de la Bombonera llena pidiendo “Giunta, Giunta, Giunta, huevo, huevo, huevo...? En esta lo bancamos a Almeyda, quien sabe mejor que nadie lo difíciles que pueden ser las cosas para un infiltrado.
El tema es que más de veinte años después, dirigiendo a River en la B y en ocasión del partido contra el Almirante Brown de Blas, Almeyda por las dudas se apuró a aclarar que al Giunta que idolatraba era al de San Lorenzo. Pero en la nota de Olé, Almeyda pisa el palito con una frase que para nosotros, los que somos hinchas de Boca, sabemos exactamente lo que significa: “...me gustaba Giunta porque trababa con la cabeza...”.

Fuente: diario Olé correspondiente al domingo 5 de febrero de 2012.

Jamás un hincha de River hablará de algo parecido a trabar de cabeza. Eso es chino básico para ellos. Trabar con la cabeza nos pertenece exclusivamente a nosotros los boquenses. Así que bien por Almeyda que con esto no sólo confirma que es hincha de Boca, sino que también es un passucci.
Un passucci que debió sufrir al enfrentar a su ídolo en Isidro Casanova, pero que quizás y aunque sea a escondidas y en el vestuario, haya podido sacarse la foto con la que siempre soñó.

miércoles, 15 de febrero de 2012

Los ídolos de River que son hinchas de otros equipos

Recibimos el mail de un simpatizante riverplatense, de nombre Jorge, que nos trata de atacar diciendo que nuestros principales ídolos, más especificamente Guillermo y Palermo, no son hinchas de Boca. El mail como de costumbre termina con palabras muy afectuosas (?) hacia La Passucci. Así que estimado Jorge, nos vamos a tomar la molestia de contestarte ese mail públicamente y hasta de publicar la imagen que nos adjunta.


Antes que nada nuestra lista de idolos no es sólo de dos, afortunadamente. Y segundo que, desde el día que pisaron por primera vez el club, ellos nunca ocultaron su fanatismo con Gimnasia y Estudiantes. Nunca renegaron de su historia. Nunca traicionaron su sentimiento pero pusieron hasta la última gota de transpiración defendiendo a Boca. Y sinceramente, esos son los jugadores que nos gustan. Por más que amen a otros colores. Tipos sinceros y no renegados.
Ahora bien Jorge, aclarado el tema, lamento informarte que se la dejaste picando a La Passucci. Y cuando hablamos de dejar picando, no hablamos de la pelota, sino de tu tibia y peroné. Es por ello que te queremos regalar un equipo de idolos de tu club que en realidad son hinchas de otros equipos. Pero como tampoco queremos hacerte sentir tan mal, no vamos a incluir a los jugadores de River que son hinchas de Boca, como el que está en la foto que nos enviaste. Eso merece otra sección que es la de “Los infiltrados”.
Mirá el equipazo que te armamos.

Amadeo Carrizo
Hernán Díaz, Mascherano, Perfumo, Quique Wolff
Merlo, Astrada, Alonso, Francescoli
Crespo y Medina Bello
¿Te gusta? Respeta bastante la mentira tradición del paladar negro que tanto debes extrañar en estos momentos.

Amadeo Carrizo, hincha de Independiente.
Fuente: revista El Gráfico número 3222 correspondiente al 7 de julio de 1981.

Hernán Díaz, hincha de Colón.

Fuente: SúperFútbol de 1987.

Mascherano juega de central en el Barza, lo ponemos acá también, hincha de Rosario Central

Fuente: diario Olé del 8 de diciembre de 2004.

Roberto Perfumo, hincha de Racing
Fuente: revista El Gráfico número 3084 correspondiente al 14 de noviembre de 1978

Enrique Wolff, hincha de Racing
Fuente: entrevista 100x100 de El Gráfico correspondiente a noviembre de 2005.

Leonardo Astrada, hincha de Tigre
Fuente: entrevista 100x100 de El Gráfico correspondiente a septiembre de 2007.

Reinaldo Merlo, hincha de San Lorenzo.
Fuente: producción de la revista El Gráfico donde los jugadores vestían la camiseta de la cual eran hinchas.

Norberto Alonso, hincha de Racing Lo aclaramos por si algún hincha de River campeón de las excusas, piensa que en la foto de arriba el Beto Alonso tiene puesta la camiseta de Argentina.
Fuente: revista El Gráfico número 3508 correspondiente al 30 de diciembre de 1986.

Enzo Francescoli, hincha de Peñarol que curiosamente su alegría más grande fue la noche que River se recibió de gallina. Cómo son las cosas eh...
Fuente: revista El Gráfico número 3398 correspondiente al 20 de noviembre de 1984.

Hernán Crespo, hincha de San Lorenzo

Fuente: revista El Gráfico número  3999 correspondiente al 28 de mayo de 1996.

Mencho Medina Bello, hincha de Racing
Fuente: revista El Gráfico número 3650 correspondiente al 19 de septiembre de 1989.

Esperamos que le haya gustado este once inicial. Y decimos inicial, porque ya tenemos armado un par de equipos más de ídolos millonarios tan o más grandes que éstos.

lunes, 13 de febrero de 2012

"Es emocionante ver como la hinchada estimula con pasión a Rattín" 1980

6 de abril de 1980, Bombonera. Por la fecha 12 del Metro Boca pierde 4 a 0 contra Rosario Central y queda penúltimo en la tabla, 1 punto arriba de San Lorenzo y All Boys, pero con un partido más. La campaña es pésima tras otras goleadas sufridas ante Newell's, River e Independiente (todas 5 a 2).
Pero el aliento del Jugador Nro. 12 al equipo es conmovedor. Y el respeto a Rattín, director técnico xeneize, es absoluto. Sobre todo en la inevitable comparación con un Labruna campeón que en ese momento era insultado y silbado por la propia hinchada de River.
Y tanta admiración despertó el comportamiento del hincha de Boca, que Menotti le escribió una carta al Rata para darle fuerzas en un momento deportivo muy complicado. Las palabras de Menotti, donde habla de la buena memoria de la hinchada de Boca para con uno de sus más grandes ídolos y de cómo lo alienta, cobran más valor por hacerlas públicas en un momento donde estaba enfrentado públicamente a Boca.
Una hinchada fiel, seguidora, respetuosa y con buena memoria. Así es el Jugador Nro. 12 (clic para ampliar).
Fuente: revista El Gráfico número 3157 correspondiente al 8 de abril de 1980.

sábado, 11 de febrero de 2012

La Passucci testigo de un panic atack

La verdad, somos muy afortunados. Y no lo decimos por haber estado presentes el miércoles 25 de enero de 2011 en el estadio de Sarmiento de Resistencia, para presenciar el partido contra River por una Copa de Verano. Ni siquiera nos consideramos tipos con suerte por haber sido testigos de un triunfo, cosa que es habitual ante dicho rival y más teniendo en cuenta que River es un equipo de la B. Lo que pasó fue que jamás soñamos ver lo que vimos.
Mientras algunos de los passuccis se ubicaban temprano en la popular local, se le asignó a uno de ellos una misión de honor: ocupar una platea cercana a los bancos de suplentes y panfletear nuestra consigna de la fecha. Así que el passucci Carlos, sin imaginarlo, terminó siendo testigo en primerísima fila del bochorno del año: el panic atack del Chori Domínguez contra Boca.
Verlo desencajado, nervioso, fuera de control, desbordado, histérico, asustado, bien a tono con la historia de escándalos que tiene River en partidos donde siente la obligación de ganar, así sean amistosos como éste, fue un bonus track que no esperábamos.
Y cuando creíamos que ya había terminado su acting, verlo agarrarse los genitales para dar a entender que tiene huevos, fue glorioso. Un papelón enorme mientras toda la platea de Boca se le reía en la cara y trataba de sacar rápido los celulares para inmortalizar el bochorno.
Después vino el silencio de la tribuna millonaria y el lento abandono de la gente ubicada en plateas de River tras el segundo gol de Boca y todavía con 10 minutos por jugarse. Todas cosas que vimos, filmamos y guardamos bajo llave, pero por supuesto no merecieron la pena ser publicadas por La Corpo de River. A ver si todavía el hincha millonario se nos bajonea cuando el año recién empieza.

Todas nuestras felicitaciones y envidia al Passucci Carlos por su ubicación privilegiada para ver los tristes acontecimientos ocurridos en Chaco.

jueves, 9 de febrero de 2012

Vamos a demostrar lo que es River en las malas

“Muchos años estuvieron, chamuyando la gilada, 
lo queremo’ ver a River, cuando le lleguen las malas. 
Y no dicen nada, no se escucha nada, 
le cerramo’ el culo a todas las hinchadas. 
No alcanzan las tribunas, no alcanzan las entradas, 
les demostramos, lo que es River en las malas”

Como chiste, excelente. Ahora hablando en serio, como canción de cancha en boca de la hinchada de River, hace agua por todos lados. Cualquier otro equipo del planeta podría cantarla y La Passucci debería quedarse a un costado sin meterse. Pero a River no podemos dejársela pasar. Así que esa parte que dice “y no dicen nada, no se escucha nada” pueden ir sacándola si quieren, porque nosotros vamos a decir y mucho sobre cómo es el hincha de River en las malas. Algo que nos encanta. La parte de “no alcanzan las entradas” charlenlo con el presidente de Deportivo Merlo que tuvo que guardarse entre 4.000 y 5.000 plateas. O con la gerenciadora de Ferro.
Una aclaración. Dejamos afuera de esto a los hinchas de River 2.0 que tienen 15 años o menos porque ellos, niños todavía, desde que empezaron a ver fútbol tienen una imagen algo distorsionada de la realidad. ¿Por qué? Porque en la A sólo se pueden llevar 3.500 hinchas de visitante y por sobre todas las cosas, porque a los hinchas de Boca no los dejan comprar entradas para ir a la cancha. Y sobre todo porque Olé les repite noche y día que haberse ido a la B es motivo de orgullo. Allá ellos.
Pero a los hinchas riverplatenses más grandulones, incluso los que ya peinan algunas canas y todo, a esos que ni siquiera pueden mirar a los ojos al Jugador Nro. 12, les queremos recordar, por si lo olvidaron, cómo fue siempre el hincha de River en las malas. Pónganse cómodos, que la cosa va para largo (?).
Primero, queremos dejar en claro qué son las malas. Algunos apresurados podrán decir que este presente de River, ocupando el segundo puesto en la B Nacional, son las malas. De ninguna manera. Y no lo decimos por la extensa cobertura mediática a su favor con que cuenta el equipo de Núñez. Decimos que estas no son las malas porque los mismos protagonistas de River se encargaron de decir que no lo son. Y nos convencieron.

Entonces, ¿de qué malas estamos hablando? O es que la soberbia histórica de River le impide decir "la verdad, estamos en una categoría inferior y vamos a poner todo para subir lo más rápido posible". Así que le damos la razón a River y sus hinchas. Nos convencieron. La B es igual o mejor que la A. Entonces ¿cuáles son las malas?
Malas podrían haber sido, por ejemplo, afrontar la B con una quita importante de puntos y arrancar con un menos 18 por ejemplo, como se dijo en un momento. Cosa que obviamente quedó en la nada.

¿Cuáles son ejemplos de malas, pero malas muy en serio para River? Elegimos cinco momentos bisagra de su historia. Van en orden cronológico:
1) La final de Libertadores que perdió con Peñarol en 1966
2) Los 18 años sin salir campeón
3) River a punto de desaparecer en 1983
4) Eliminación de Copa Libertadores en 2008
5) Caer en Promoción y el descenso a la B Nacional en 2011
Claro que hubo otros momentos duros donde temblaron las estatuas del Hall, e incluso circunstancias en donde su hinchada abandonó al equipo. Pero malas, lo que se dice malas en serio para el hincha de River, fueron esos cinco momentos, sin dudas durísimos, pero que a la vez se convirtieron en oportunidades históricas de demostrar el amor por sus colores. ¿Y qué pasó? El hincha millonario silbó, insultó, rompió, le dio la espalda y hasta humilló a su propio equipo. Así de clarito.

La final de Libertadores que perdió con Peñarol en 1966
Nace el mote de gallina y la vergüenza se apodera del hincha riverplatense. Queremos detenernos en esta editorial bastante particular de una revista partidaria, que sintetiza a la perfección el sentimiento riverplatense. De apoyar en las malas ni noticias.
Fuente: editorial de la revista River número 1120, correspondiente al 24 de mayo 1966. Tomemos nota: 
“...en estos momentos quisiéramos destruir todo. E incluso a River. Sí, a River. A pesar del amor que le profesamos...”
“...nos guía un espíritu de destrucción...”
“...queremos que todo termine, que todo se destruya, porque para qué seguir viviendo...”
“...somos periodistas de River, pero sobre todas las cosas, hinchas de River. Y nosotros, hay que confesarlo en estos momentos, tenemos vergüenza. Sentimos vergüenza de ser de River...”
“...la desesperación nos lleva a no dejar nada en pie. Queremos barrer como un huracán, no dejando nada en nuestro paso. Para que no haya memoria de nada. Para que no quede ningún testimonio...”
“...la Copa de América terminó. No la supimos defender... nos faltó coraje, si se quiere, para evitar que nos la arrebataran...”.

Los 18 años sin salir campón
Como ya todos sabemos, de 1957 a 1975 River no ganó nada de nada. Pero lo que fue una racha muy negativa en cuanto a los éxitos deportivos, era al mismo tiempo una oportunidad excelente para que el hincha de River demuestre que en las malas estaba presente acompañando a su equipo. Esas sí que eran malas eh...
Es màs, hace muy pocos días un descarado simpatizante millonario nos quiso apurar con un mensaje conmovedor (?):
¿PORQUE NO HABLAN DE UNA HINCHADA QUE ESTUVO 18ANOS SIN SER CAMPEON Y REVENTO TODOS LOS ESTADIOS? EHHHHHH..... QUE PSAA QUE NO PUBLICVAN LOS MENSJAES...!

Por Dios, las barbaridades que hay que leer... Lo que es no tener vergüenza y una total impunidad para mentir. El hincha de River no reventó absolutamente nada. Acá adjuntamos un recorte del diario El Cronista de 1990 donde queda a las claras quiénes vendieron más entradas durante esos años.
La primera columna es el equipo campeón, la segunda el equipo que vendió más entradas y la tabla cierra con entradas vendidas y promedio de entradas por partido.
De todos los años en cuestión nos llama poderosamente la atención lo ocurrido en 1970. Resulta que River perdió el campeonato a manos de Independiente, recién en la última fecha y por un gol de diferencia. Lo que nos lleva a pensar que River estuvo a muy poco de salir campeón y sin embargo su hinchada, esa que supuestamente revemtó todas las boleterías, no pudo ni así salir primera en recaudaciones. Y eso que ya iban 13 años sin vueltas olímpicas. Imperdonable.

River a punto de desaparecer en 1983
Santilli asume la presidencia del club a principios de 1984 y una de sus primeras notas fue desgarradora: sin dudas 1983 fue una mala en serio ya que se llegó a hablar hasta de la desaparición de River. ¿Y qué pasó con el hincha ese año? Para empezar, fue bautizado por El Gráfico como “el fenómeno de las tribunas vacías”. Lapidario. No acompañó al equipo, insultó a los jugadores profesionales, no creyó en los pibes de las inferiores cuando les tocó jugar. Humilló a su equipo llegando al límite de alentar a los rivales en el propio Monumental y de no gritar los goles propios. Hasta Fillol fue insultado. Ese es el hincha de River.
27 de marzo de 1983, cancha de Huracán. Nueva Chicago y River empatan 1-1 por el Nacional 83. El momento del club de Núñez era complicado en los institucional y deportivo. Sus hinchas, en lugar de apoyar, le dieron la espalda al equipo. Muchos quedándose en sus casa, y los que iban a verlo, insultando.
La situación fue tan penosa, que no sólo Chicago llevó casi el doble de gente, sino que la revista El Gráfico habló del "fenómeno inédito del River de las tribunas vacías", ¿Eso es apoyar en las malas mucho más? Definitivamente no.
Fuente: revista El Gráfico número 3312 del 29 de marzo de 1983.

Enero de 1984. Hugo Santilli, recién asumido como presidente de River, habla de una situación terminal en el club de Núñez. En la nota de El Gráfico, una de las preguntas, confirma lo que todos vimos domingo a domingo durante 1983. La falta de apoyo del hincha de River.
Fuente: revista El Gráfico número 3354 correspondiente al 17 de enero de 1984.

Octubre de 1983. Desgarradoras confesiones de Enzo Francescoli tratando de encontrar una explicación a por qué River andaba tan mal futbolísticamente: "la gente no nos acompaña". Lapidario.
Fuente: revista El Gráfico número 3343 correspondiente al 1 de noviembre de 1983.

14 de agosto de 1983, estadio Monumental. River 1 Newells 0. Pero el hincha de River descargó toda su bronca para con los jugadores profesionales de su equipo. Los insultaron, les gritaron "gallinas" y los recibieron con cánticos hostiles.
Pero el colmo fue protestar fallos en contra de los rosarinos, gritar casi gol ante un tiro apenas desviado del Tata Martino, pedir la expulsión de Mostaza Merlo y contarle hasta diez a Messina lesionado en el piso.
Ah, el gol de River no lo gritaron y hasta hubo quienes se enojaron ante el triunfo. Resumiendo, el hincha de River alentando por Newell's y odiando a su equipo según palabras de El Gráfico..
Fuente: revista El Gráfico número 3332 correspondiente al 16 de agosto de 1983.

River corría peligro de desaparecer y sus hinchas, por las dudas, le dieron la espalda al equipo. Lo dejaron sólo y a la deriva. Suena muy duro, pero fue lo que pasó durante todo ese año.

Eliminación de Copa Libertadores en 2008
Nuevamente la vergüenza se hace presente en el hincha millonario. Esta sí que fue una mala en serio. Incluso, para un reconocido simpatizante director de un diario deportivo esta fue la más mala de todas las malas. El peor momento en la historia de River. Nos parece un poco exagerado, pero respetamos su opinión.
Al revés deportivo que reafirmó su mote de gallina, para colmo se sumaron las declaraciones de Juan Pablo Carrizo y Ahumada hablando de falta de aliento, silencio de sus hinchas y del verdadero apoyo de la hinchada de Boca hacia su equipo aún perdiendo. Peor escenario imposible.
Hubo escraches en la casa de Ahumada pero el hincha de River se manifestó masivamente en los partidos siguientes y de las más diversas formas. ¿Apoyando al equipo pese a la derrota? Nada que ver. Para empezar abandonó al equipo sin importarle que estuviera primero en el campeonato a pocas fechas del final. Y los pocos que fueron silbaron, insultaron, colgaron banderas muy hirientes y hasta llegaron al colmo de tirar maíz y pañales para recibir a sus jugadores. Eso es el hincha de River en las malas. Hostil con sus propios colores. Un tipo agresivo.


El descenso a la B Nacional en 2011
Este momento está todavía muy fresco en la memoria de todos. Y permanecerá allí por siempre. Estamos hablando de una mala con todas las letras. La despedida con Lanús la tarde que River quedó en promoción fue a puro insulto y escudos policiales para resguardar la integridad física de los jugadores millonarios. Pero las verdaderas malas estaban por venir: los dos partidos con Belgrano.
Se les pegó a los jugadores, se convocó a un banderazo de la bronca y el final de la película fue aterrador: silencio, silbidos, insultos, proyectiles, hinchas destrozando su propio estadio, saqueos. ¿Tirar piedras y romper las plateas para arrojar maderas es demostrar lo que es River en las malas?








Acá se puede observar al Jugador -1 en detalle viviendo una mala. Por las dudas, entre 60 y 70 custodios de seguridad privada, escoltan a los jugadores de River hasta la manga de seguridad puesta para evitar las agresiones y la violencia del hincha de River para con su equipo.


Esta B Nacional no se las puede considerar “las malas” ni por asomo. ¿Saben cuál podría ser una mala? Si de pronto River gallinea derrapa sobre el final del campeonato y pierde la chance de ascender. Ahí sus hinchas tendrían una buena oportunidad de demostrar lo que es River en las malas. Y ahí estaremos nosotros sentados delante del televisor para ver qué pasa.
Mientras tanto seguiremos escuchando una canción en la que se mienten a sí mismos. Porque a nosotros los hinchas de Boca, los que sabemos y recordamos cómo es el hincha de River en las malas, jamás nos podrán engañar. 

“A nosotros no nos vengan, a mentirnos en la cara, 
La Passucci sabe mucho, lo que es River en las malas. 
Y no digas nada, agachá la cabeza, 
vivís silbando a River, vos no tenés vergüenza. 
Putearlo a Labruna, romper toda tu cancha, 
ya nos demostraste, lo que es River en las malas”