miércoles, 1 de febrero de 2012

“Aunque ganes o pierdas...” 1989


Vamos a ponernos en contexto para que no quede como que subimos un videito así nomás de un grupo de hinchas cantando.
22 de junio de 1989, cancha de Huracán. Boca hacía ya casi 8 años que no ganaba absolutamente nada, mientras su eterno rival venía de meter campeonato local, Libertadores, Intercontinental e Interamericana.
Durante ese temporada 1988/89, hasta la mitad de la segunda rueda, todo parecía indicar que la ansiada estrella iba a llegar al escudo. Pero no. En la recta final el Boca de Pastoriza se quedó sin nafta frente al Independiente del Indio Solari y el Jugador Nro. 12 debiò conformarse con un subcampeonato y la tranquila clasificación a la Liguilla.
En esa Liguilla las rondas fueron pasando hasta llegar a la final contra San Lorenzo. Partido de ida 1 a 1 en la Bombonera y revancha en Huracán a todo o nada para dirimir la clasificación a la Libertadores. Tribunas llenas, expectativa, ilusión en cerrar de la mejor manera una temporada que tenía sabor a nada. Pero el cachetazo fue brutal. El Ciclón se despachó con 4 goles liquidando el partido mucho antes del final. Y acá hacemos un parate.
Cuando pensamos en cómo hubieran reaccionado otras hinchadas podríamos hablar de silencio absoluto, insultos, gente en los alambrados para impedir más goles en el arco de Boca, invasión al campo de juego para exigir más actitud (?) y despedida con silbidos como mínimo. Pero no. El Jugador Nro. 12, una vez más como tantísimas veces a lo largo de la historia, dio cátedra en el apoyo incondicional a una camiseta. Apoyo conmovedor.
Faltando unos 10 minutos para que terminara el encuentro, y aceptando hidalgamente una derrota que en ese momento era 3 a 0, redobló su aliento a Boca. El “Aunque ganes o pierdas, no me importa una mierda, sigo siendo bostero, porque a Boca lo quiero..... porque a Boca lo quieroooooo...” retumbó incansablemente. Esa tarde, la gente de Boca ganó en las tribunas por goleada pese a que todavía faltaba un gol más de San Lorenzo.
Póngase los auriculares amigo Passucci y no permita que nadie lo interrumpa. Disfrute y emociónese a fondo con estos 9 minutos 41 segundos junto a la mejor hinchada del mundo. Si usted no es de Boca, mire y aprenda.
Esa fue la despedida a un grupo de jugadores que no ganaron nada durante la temporada, saliendo segundos en campeonato y Liguilla. Pero el Jugador Nro. 12, que de esto sabe de años y años, premió el esfuerzo, la garra, el intentarlo. El honrar la camiseta de Boca transpirándola.
A otras hinchadas eso antes les parecía una ridiculez. Ahora están debatiendo internamente y en forma muy seria, si empiezan a considerarlo o no. Los boquenses dormimos con la conciencia limpia. Porque si de algo entendemos, es de mantener una mística, una identidad desde el 3 de abril de 1905 a la fecha. Una mística que no estamos dispuestos a entregar ni a perder.