Año 1963. Tras las finales de Copa Libertadores disputadas entre Boca y el Santos, Pelé y sus compañeros quedaron maravillados por el aliento estremecedor del Jugador Nro. 12. Aliento que se sostuvo pese a la enorme decepción de perder ambas finales, la segunda en la Bombonera.
Y quedaron tan sorprendidos los brasileños con la mística boquense, que a partir de ese momento adoptaron como grito de guerra el "Dale Boooooca" para darse fuerzas antes de salir a jugar sus partidos. Algo que es un honor ya que no es otra cosa que el reconocimiento de todo lo que encierra el grito "Dale Boca". Un grito de guerra.
¿Alguien se imagina que un equipo que quiera arengarse empiece a gritar "Dale River"? Por supuesto que no. Eso se llama mística.
Fuente: revista El Gráfico Especial Boca Campeón 1981.