29 de marzo de 2012, Bombonera. Boca necesitaba ganarle sí o sí a Arsenal para no quedar con un pie afuera de la primera fase de Copa Libertadores. El trámite del partido, contra todos los pronósticos, era manejado por Arsenal y Boca no encontraba la forma de hacerse de la pelota y quebrar el 0-0. Hasta que a los 35 minutos del primer tiempo el panorama terminó de oscurecerse cuando el árbitro expulsó a Somoza. Fue a partir de ese momento que el Jugador Nro. 12, como hizo tantas veces en la historia, tomó un rol activo para ayudar a Boca. Nada de ser un mero espectador quejándose del árbitro, de la mala suerte, del rival o de las corridas bancarias en Grecia. La hinchada de Boca redobló el aliento, cantó más fuerte, le dio fuerzas a sus jugadores, fue el sostén espiritual del equipo. Eso es ayudar a ganar partidos desde afuera. Nada de bajar al vestuario del juez a apretarlo para que cobre un penal.
El "Dale Booo y dale Boca dale Booo.:." con música de la marcha peronista retumbando durante largos minutos, es uno de los cantos más efectivos a la hora de acorralar rivales y ganar partidos desde afuera.
Cuando uno se enfrenta a un problema, a una adversidad, hay tres posibilidades. Apichonarse y que sea lo que Dios quiera, como hace el hincha de River o enfrentarla para superarla. Hay una tercera posibilidad que es enfrentarla y encima agrandarse ante esa adversidad. Así actúa el hincha de Boca. Eso nos hace únicos en el mundo.
Gracias al Passucci Matías3K