martes, 15 de enero de 2013

Aunque no salga campeón, el sentimiento no se termina 1978

29 de octubre de 1978, Bombonera. Boca derrota a Newell’s 1 a 0 por la última fecha del campeonato de Primera División pero no alcanza, ya que la victoria de Quilmes en Arroyito consagra campeón al equipo cervecero por primera vez en su historia.
Ni la forma de jugar de aquel Boca tan criticada por los medios, ni aquel subcampeonato a manos de un equipo chico y ni siquiera el empate la fecha anterior ante el descendido Estudiantes de Buenos Aires, fueron motivos para que el Jugador Nro. 12 no despida a Boca como correspondía: con una ovación. Ovación que premiaba no el segundo puesto, sino el esfuerzo dentro del campo de juego. Un concepto que para otras hinchadas empezó a ser familiar hace un par de añitos, para la de Boca fue una constante a lo largo de la historia. 
Es muy fácil tirar la casa por la ventana en el triunfo. Pero es en la derrota como la de ese domingo, cuando la de Boca demuestra ser la hinchada más grande del mundo.
Fuente: diario Crónica correspondiente al 29 de octubre de 1978.