miércoles, 14 de diciembre de 2011

Hoy te silbo y te insulto. Dentro de 25 años te homenajeo

En La Passucci estamos viendo con mucho asombro el evento que algunas agrupaciones de River se encargaron de organizar para este miércoles 14 de diciembre de 2011: un homenaje al plantel riverplatense campeón de la única Copa Intercontinental del club de Núñez. Y la íbamos a dejar pasar porque pobrecitos, algo tienen que festejar. Pero tanta hipocresía junta es inadmisible. La verdad, no lo podemos creer.
¿Hinchas de River van a homenajear? ¿A quiénes? ¿A los que no bancaron, chiflaron y hasta insultaron hace 25 años? ¿En serio estamos hablando de un homenaje a los mismos jugadores que tuvieron que ver sus tribunas vacías y en silencio durante el año más glorioso de la historia millonaria? Por Dios... Primero deberían pedirle perdón a ese grupo de jugadores.
Un plantel de River que tocó el cielo con las manos en 1986 pero que venía armándose uno o dos años antes y que como manda la historia, tuvo que arreglárselas sin el apoyo de sus hinchas. A ver, que empiecen a desfilar los testimonios. Pero nada de elegir a un pibito de las inferiores que mande fruta. Que hablen los referentes de ese River dorado:

Al arco, Nery Pumpido que en enero de 1987, días después de Japón, sospechaba que el plateísta de River no lo quería. Pero para marzo de ese año, la situación se hizo tan insostenible que la revista El Gráfico salió a defender al arquero campeón del mundo. Un arquero que le hizo ganar varios y trascendentales partidos a ese River.

Fuente: revista El Gráfico número 3510 correspondiente al 13 de enero de 1987.


Fuente: revista El Gráfico número 3517 correspondiente al 3 de marzo de 1987.

En la defensa, nos vamos a dar un gran gusto y que Judas hable sobre cómo lo insultaban a él y a su amigo:
Fuente: revista El Gráfico número 3517 correspondiente al 3 de marzo de 1987.

En el mediocampo, vamos con un ídolo, un símbolo. El Tolo Gallego sin filtro a la hora de hablar del público de River, especialmente cuando está de local: "hacés dos pases mal y se te vienen encima". Entre parentésis, pobre Flaco Bulleri, con lo bien que le pegaba a la pelota en movimiento:
Fuente: revista El Gráfico número 3417 correspondiente al 2 de abril de 1985.

Otro jugador clave por aquellos años fue Héctor Enrique. Pobre Enrique, cruelmente discriminado por los simpatizantes millonarios ¿Y por qué lo discriminaban? Por su color de piel y su origen humilde. Sin palabras:
Fuente: revista El Gráfico número 3641 correspondiente al 18 de julio de 1989.

El Bambino Veira no comió vidrio y tras la goleada de River a Boca en 1984 tuvo que decir las cosas tal como sucedieron. En la cancha, Boca perdió 4 a 1. En las tribunas del Monumental, el Jugador Nro. 12 ganó por escándalo:

Fuente: revista El Gráfico del martes 13 de noviembre de 1984 correspondiente al River 4 Boca 1 de la segunda rueda del Metro.

Pero esto no es nada. Vamos con más pruebas del hincha de River dándole la espalda a ese histórico equipo de 1986 que ahora se acordó de homenajear. Queremos avisar que lo que viene a continuación puede causar altos grados de indignación en el lector e incluye escenas de gente terriblemente desagradecida.

9 de marzo de 1986, estadio Monumental. Tras un campañón, River golea a Vélez 3 a 0 y se corona campeón de la temporada 1985/86. ¿Festejos? Sí, después del partido aunque con huecos importantes en la platea Belgrano alta. Pero lo que no tiene precedentes es que ganando 1 a 0 y a minutos de la vuelta olímpica, aunque cueste creerlo, hubo hinchas de River silbando al equipo campeón. Si lo contás no te lo creen. Pero para aportar pruebas está La Passucci. Ese River fue un campeón silbado en su propio estadio.
Fuente: revista El Gráfico número 3466 correspondiente al 11 de marzo de 1986.

Y a que punto el hincha de River es frágil a la hora de acompañar a su equipo, que el pronóstico de algunas lluvias para ese domingo de la consagración hizo entrar en pánico a su presidente Hugo Santilli. Quién mejor que él para suponer que un par de gotas iban a espantar al simpatizante millonario, aunque hubiera vuelta olímpica casi asegurada.
Fuente: revista El Gráfico número 3466 correspondiente al 11 de marzo de 1986.


13 de abril de 1986, estadio Monumental. Sinceramente creemos que esto es imposible de superar, aunque con la hinchada de River nunca se sabe.
River empata 1 a 1 con Ferro por la fecha 37 de la temporada 1985/86 en un partido bastante trabado y chato. Lo insólito es que ese equipo millonario, ya coronado campeón un par de fechas atrás e incluso con festejos incluidos en la Bombonera una semana antes, fue seguido en silencio y con silbidos de reprobación por la pálida actuación ante los de Griguol.
Repetimos por si los hinchas de River se quieren hacer una vez más los desentendidos. Siete días después de la pelota naranja, en vez de quedarse afónicos en agredecimiento a ese grupo de jugadores, el exigente público millonario los reprobó y se quedó en silencio. El Jugador -1 fiel a su historia (clic para ampliar).
Fuente: revista El Gráfico número 3471 correspondiente al 15 de abril de 1986.

16 de noviembre de 1986, cancha de Vélez. A días del choque en Japón contra el equipo de las fuerzas armadas de Rumania, el partido contra Platense en Liniers por la fecha 19 del campeonato 1986/87 era la excusa perfecta para tirar la casa por la ventana y gritar bien fuerte que River estaba a 90 minutos de ser campeón del mundo. ¿Qué hizo el hincha de River? Tribunas vacías. Cero apoyo del Jugador -1 que ni siquiera tomó ese partido como la despedida a sus jugadores antes de la final Intercontinental. Cuando hablamos de gente fría, nos referimos a cosas como ésta.
Fuente: revista El Gráfico número 3502 correspondiente al 18 de noviembre de 1986.

Todo esto y algunas cositas más que tenemos bajo la manga por las dudas, nos hacen mirar con mucho asombro esta suerte de homenaje del hincha de River al plantel de 1986. Ojo, el homenaje en sí, no tiene nada de malo. Sólo que en La Passucci nos parece que la mejor manera de homenajear a un plantel es alentarlo, seguirlo a todas las canchas, cantarles bien fuerte para que no se sientan solos, para ayudar a ganar partidos y si toca perder, alentarlos más fuerte aun. Resumiendo, lo que siempre hizo la hinchada de Boca. Lo que nunca hizo la de River.